La presidenta del Club Fluvial admite que el problema que se les presenta con el derrumbe del muro de los vestuarios no es de fácil solución. Advierte que la reconstrucción costará un dinero que ahora mismo la entidad no tiene.
-Extraña que desde febrero no hubiesen reparado el primer socavón.
-Para trabajar en esa zona es imprescindible tener permiso de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil.
-¿El problema entonces es que ese organismo ha tardado mucho en responderles?
-No, la confederación hidrográfica se ha portado de maravilla con nosotros. Lo que pasa es que este tipo de cosas tardan porque hay trámites que hacer y es preciso ver si el proyecto es viable o no. El primer proyecto que presentamos tenía defectos, porque invadía el cauce del río y nos explicaron cómo hacerlo. Se han portado de maravilla. El problema es que contábamos con que el muro aguantase para empezar las obras en septiembre.
-¿Cuándo empezará la reconstrucción?
-Hay que convocar una asamblea extraordinaria de socios, porque es posible que el presupuesto necesario pase de los 100.000 euros. Hay que reconstruir íntegramente el muro por dentro, desde la pasarela hasta la presa.
-¿Cuándo será la asamblea?
-Todavía no lo sabemos. Hay que convocarla con un margen mínimo de quince días.
-¿Les dará muchos problemas el cierre de toda esa zona, con los vestuarios incluidos?
-Hay suficiente espacio, lo que tenemos que evitar es el riesgo, aunque sea mínimo. El cierre de los vestuarios fue un consejo de los técnicos. Podemos utilizar los que hay al lado de las pistas.