Imágenes del 2003 muestran el funcionamiento de una de las últimas almazaras de la zona
30 ene 2015 . Actualizado a las 08:58 h.En el valle de Quiroga se ha dado ya por terminado el proceso de elaboración del aceite de oliva de la última cosecha. La recogida de la aceituna acabó a finales de diciembre, en una época bastante temprana, ya que es más habitual que este trabajo concluya a mediados de enero y no es raro que se prolongue hasta finales de este mes. La cosecha ha sido menos abundante que la anterior y según opina el productor Manuel Mondelo, puede haberse reducido en general en torno a un 10% con respecto a la del año precedente. A la espera de las analíticas, la calidad del producto parece en principio bastante satisfactoria.
Las imágenes que acompañan a estas líneas no corresponden a los tiempos actuales, en los que la elaboración del aceite de Quiroga -ahora hay tres empresas dedicadas a ello- es un proceso industrializado en que se utiliza maquinaria moderna. Las fotografías fueron tomadas en el 2003 y muestran dos de las últimas almazaras tradicionales que funcionaron en la zona. Una de ellas se halla en una vivienda de la localidad de Soldón y ya llevaba algún tiempo en desuso cuando se tomaron las imágenes. La otra se halla en el pueblo de Bendollo y pertenece a la familia de Francisco Dobao, ya fallecido.
Proceso de elaboración
Las fotografías -hasta ahora inéditas- presentan un notable valor documental, ya que se tomaron en una de las últimas ocasiones en las que se fabricó aceite al estilo tradicional en este molino artesano. En las imágenes pueden verse las diferentes partes del proceso tal como se llevó a cabo durante siglos en esta comarca olivarera. Hoy solo es posible verlo en las recreaciones etnográficas que se realizan cada año en la Mostra do Aceite de Quiroga -la próxima edición será el 18 de mayo- , en una almazara que se conserva en el pueblo de Bendilló.
Primeramente, las aceitunas son molidas en la almazara con la ayuda de una caballería. Así se obtiene una pulpa que se deposita en unos capazos redondos y planos, fabricados con esparto. Estos recipientes se van apilando unos encima de otros a medida que se rellenan. Cuando la pila alcanza un tamaño adecuado, se coloca en una prensa, en la que exprime la pulpa mientra se vierte sobre ella agua hirviendo. Así se obtiene un líquido oscuro, el alpechín, del que se extra el aceite por decantación.