«Este es el año de la colonización», dicen los expertos locales en velutina

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNÁNDEZ

Si se aclimata bien, su máximo impacto sobre colmenas y frutales será en el 2019

25 abr 2021 . Actualizado a las 16:25 h.

Los avistamientos de nidos de avispa velutina ya no son una excepción tampoco en la Ribeira Sacra. El territorio comprendido entre los ríos Sil y Miño y el resto del sur de la provincia de Lugo habían quedado hasta ahora libres de esta plaga, pero los avistamientos puntuales de nidos se han ido haciendo más frecuentes. Los expertos apuntan que si esta especie invasora logra prosperar en esta zona, las consecuencias para colmenas y cultivos de frutales se notarán con toda su intensidad entre el 2019 y el 2020.

«Este es el año de la colonización», explica Gonzalo Calvo, veterinario de la Asociación Galega de Apicultura. Él tiene colmenas en O Saviñao y aunque la velutina no es todavía un problema para sus abejas, sí ha visto ejemplares en abundancia en otros puntos de este municipio. El año pasado y este invierno fueron localizados un número significativo de nidos en el municipio de Chantada. Este año ya ha cruzado el Miño.

Y no es solo en O Saviñao. El último informe de la Consellería de Medio Rural sobre la extensión de la Vespa velutina en Galicia constata que este año ha habido localizaciones de nidos también en Monforte, Bóveda y O Incio además de en los tres municipios de la comarca de Chantada. Y probablemente el próximo informe recoja más. «También la hay en Quiroga», explica David Corral, propietario de la empresa Mel da Anta y el mayor productor de miel de Galicia. Corral asegura haber visto velutinas en cantidad considerable en colmenares que su empresa gestiona en Bóveda, pero también en los de Quiroga, más en los que están a menos altura y menos en los situados en la montaña.

Frío extremo y calor seco

El clima frío es precisamente una de las barreras que puede frenar la expansión de esta avispa. De su contacto con apicultores franceses, que llevan años lidiando con el problema de la vetulina, David Corral sabe que las colmenas situadas a más altitud se están librando de esa plaga, incluso en ese país, que fue el punto de entrada de esta especie en Europa y en el que se ha extendido más. «Cuando más frío venga este invierno, mejor para los apicultores», afirma.

Gonzalo Calvo también incide en esta idea. Es indiscutible que la avispa asiática ha llegado al sur de Lugo, pero está por ver si es capaz de prosperar en los inviernos habitualmente gélidos del valle de Lemos o en las montañas de O Courel, O Incio, Quiroga o A Pobra do Brollón. Tampoco el tiempo seco del verano le resulta propicio. «Por eso hay más en la costa, porque prefiere la humedad y las temperaturas suaves», explica Calvo. En todo caso, este veterinario asegura que es pronto para saber si se aclimatará bien a esta zona y que el año que viene tampoco servirá para estar seguros.

La experiencia de lo sucedido en otras comarcas invita a pensar que en el 2018 se incrementará el número de nidos, pero probablemente todavía no llegue a ser una plaga muy dañina ni para los apicultores ni para los cultivos de frutales -su otra fuente de alimentación, al margen de las abejas-. «Se sabe -explica este veterinario? que es dos o tres años después de su llegada cuando se extiende definitivamente».

Mejor cazar reinas en primavera que desmantelar nidos el resto del año

Gonzalo Calvo fue uno de los participantes en la movilización por etapas entre Navarra y Galicia que organizaron el mes pasado la Asociación Galega de Apicultores y otras entidades similares que agrupan a productores de miel de las comunidades autónomas de la cornisa cantábrica. Reclamaban de las administraciones públicas medidas más eficaces que las adoptadas hasta ahora para tratar de frenar la expansión de la avispa asiática. Lo que piden en concreto es más esfuerzo en prevención.

«Pensamos -dice Gonzalo Calvo- que es más eficaz tratar de prevenir su expansión en primavera que centrar los esfuerzos en desmantelar los nidos que forman después, como se está haciendo ahora». Los que proponen es instalar de forma masiva trampas para cazar las avispas madre en primavera, para así evitar que cada una de ellas funde un nido.