Los represaliados de Castroncelos ya pueden descansar en paz

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNÁNDEZ

Numerosas personas asistieron en A Pobra a la entrega de los restos de dos vecinos de Monforte asesinados en 1938

30 abr 2018 . Actualizado a las 21:12 h.

El auditorio de la Casa de Cultura de A Pobra do Brollón quedó abarrotado ayer en el acto de entrega a sus parientes de los restos de dos vecinos de Monforte asesinados por motivos políticos en 1938, que fueron exhumados en el 2016 en el cementerio de la parroquia de Castroncelos. Los familiares de las víctimas -Ramón Somoza Álvarez y José Rodríguez Silvosa- recibieron también algunos objetos personales que fueron encontrados en el lugar del enterramiento por los arqueólogos de Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que llevó a cabo esta intervención.

El acto contó con la participación de los alcaldes de A Pobra do Brollón y Monforte, respectivamente José Luis Maceda y José Tomé. El primero de ellos señaló que el objetivo principal de esta iniciativa consistió en «devolver a dignidade ás vítimas e facer que ocupan o seu lugar na historia do noso país». Tomé, por su lado, recordó que los dos represaliados de Castroncelos estuvieron afiliados en su día a la agrupación socialista de Monforte y que Ramón Somoza fue concejal durante la Segunda República bajo el mandato del alcalde Juan Tizón Herreros. El regidor apuntó además que Somoza era cuñado de otro concejal republican monfortino, Víctor Martínez, que fue fusilado por los sublevados franquistas en Lugo.

Durante el acto habló asimismo el arqueólogo Xurxo Ayán, natural de A Pobra do Brollón, quien calificó como una «anomalía democrática brutal» el hecho de que no sea el Estado quien se esté ocupando actualmente de buscar y recuperar los restos de los desaparecidos de la Guerra Civil y la dictadura franquista. Con las víctimas de aquellos sucesos -añadió- todavía no se ha hecho justicia, aunque sí haya «xustiza poética».

Otras intervenciones

Por otro lado, en el curso del acto fue leído un texto de homenaje a los represaliados enviado por la escritora Olga Novo, natural del municipio, que no pudo asistir por encontrarse en el extranjero. Otros textos literarios dedicados a Ramón Somoza y José Rodríguez fueron leídos por los escritores Xosé Lois García y Xulio López Valcárcel. La jornada terminó con una ofrenda floral en el cementerio parroquial de Castroncelos y una comida de confraternización.

Una iniciativa «importante para la sociedad y la especie humana»

En el acto de ayer tomaron la palabra dos familiares de los represaliados de Castroncelos. Uno de ellos fue Víctor Bermúdez -nieto de José Rodríguez Silvosa-, quien afirmó que la recuperación de la memoria de las víctimas olvidadas de la Guerra Civil es una iniciativa «importante para la sociedad y para toda la especie humana», porque «hechos como estos ocurrieron y siguen ocurriendo en muchas partes del mundo».

Por su parte, José Antonio Somoza -sobrino nieto de Ramón Somoza-, lamentó que su padre, fallecido hace alrededor de un mes, no pudiese estar presente en la entrega de los restos de su tío, algo por lo que se mostró muy interesado. Asimismo, expresó su convicción de que son las familias de las víctimas las que deben costear las exhumaciones y no el Estado «para que no se apropien de algo que es nuestro». El papel del Estado, a su juicio, debe consistir en eliminar las trabas burocráticas que dificultan estas intervenciones.

Desde el 2003

Otro de los oradores fue Marco González, miembro de la ARMH, quien recordó que las aperturas de fosas de las víctimas de la violencia política en Galicia empezaron en el 2003. «Desde entonces aprendimos a trabajar solos, con el apoyo social y el de las familias de los desaparecidos», dijo. González criticó por otro lado la falta de ayudas oficiales para llevar a cabo la búsqueda y la exhumación de estos enterramientos y afirmó que la asociación a la que pertenece «demuestra muchos más valores de Estado que el propio Gobierno».