Los consejos reguladores ponen a la zona como modelo del papel de una denominación
26 oct 2019 . Actualizado a las 10:48 h.Para la Ribeira Sacra, hay un antes y un después de la denominación de origen. El cambio salta la vista de los que habitan un espacio machacado por la crisis demográfica. Tampoco pasa desapercibido desde la óptica foránea. Más aun, si el visitante conoce los entresijos del vino. «Este es un mercado muy difícil», advertía el presidente del consejo regulador de Rioja, Fernando Salamero, en una entrevista radiofónica. Fue uno de los participantes en la Conferencia Española de Consejos Reguladores celebrada en Monforte, que puso a Ribeira Sacra como modelo del papel que pueden jugar las denominaciones vitícolas en sus respectivos territorios.
La conferencia de consejos reguladores nació en el año 1991 coincidiendo con la desaparición del Instituto Nacional de Denominaciones de Origen. «Necesitábamos un foro para poner en común nuestras inquietudes y problemas, y para reivindicar el papel de las denominaciones», apunta Jesús Mora, coordinador general de la conferencia. Actualmente, agrupa a 52 consejos reguladores que representan el 98% del vino con D.O. que se produce en España.
Mora sostiene que Ribeira Sacra es un claro ejemplo de cómo el vino con denominación de origen «puede ser un motor económico y ayudar a transformar un territorio». Un mensaje en el que incide con frecuencia el presidente del consejo regulador anfitrión, José Manuel Rodríguez, miembro hasta ahora de la directiva de este foro.
La conferencia se celebró a lo largo de la mañana de este viernes en la Casa de Cultura Lois Pereiro y fue clausurada por el conselleiro de Medio Rural, José González. En su intervención, González abundó en el mensaje de las denominaciones sobre su papel vertebrador y animó al sector del vino a establecer sinergias con vistas a la potenciación del turismo.
Los consejos reguladores representados en la conferencia española celebran conjuntamente cada año el Día del Vino con D.O. Es una reivindicación de carácter lúdico del papel de las denominaciones de origen en sus respectivos territorios y la necesidad de fomentar el consumo moderado de esta bebida. «El vino con D.O. es un complemento cultural de la gastronomía y una forma de vida. Es un alimento incluido en la dieta mediterránea, cuyo maridaje nos descubre emocionantes experiencias de texturas y sabores», dice el manifiesto que se puede leer en la página web de esta organización.
El coordinador de la asamblea avanzó ayer en Monforte que la conferencia de consejos reguladores quiere que esta celebración sea todavía más ambiciosa y llegue al mayor número posible de gente. Para ello, solicitaron al Ministerio de Agricultura que a partir del próximo año se institucionalice un Día del Vino como reconocimiento al trabajo que realizan las bodegas y los consejos reguladores.