La añada del 2019 fue calificada de «muy buena», tras dos con nota «excelente»
28 feb 2020 . Actualizado a las 16:59 h.Hacía tiempo que la meteorología no era tan agradecida con los viticultores de la Ribeira Sacra. Después de varias campañas especialmente complicadas, la incidencia de los ataques de hongos en las viñas durante la última cosecha fue escasa y muy localizada. Llegada la vendimia, las uvas pudieron recogerse sin urgencias y en perfecto estado sanitario. Sobre el papel, los vinos del 2019 tenían todos los boletos para obtener la calificación de «excelente». Pero esta vez no llegaron al sobresaliente y tendrán que conformarse con un notable, que tampoco es mala nota. Los catadores le dieron 7,5 puntos de media y 2019 pasará al ránking de añadas como «muy buena».
El consejo regulador dio a conocer a primera hora de la tarde de este viernes el resultado de la cata de calificación celebrada en Portomarín. Ademas de la valoración, la nota de prensa recoge las opiniones de algunos de los integrantes del jurado. José Luis Hernáez Mañas, ex director de la Estación de Enoloxía e Viticultura de Galicia, hace hincapié en el «fantástico camino» recorrido por esta denominación de origen en los últimos años.
«La cosecha se calificó como muy buena, pero a mí me interesa destacar, después del tiempo que llevo sin venir, la evolución de los vinos hacia la personalidad. El vino, cuando lo tomas, lo identificas con Ribeira Sacra. Son vinos fantásticos, con esos aromas de la uva mencía, boca intensa, paladar sedoso y, en muchos casos, un posgusto extraordinario», señala Hernáez Mañas.
La experta en análisis sensorial Mar Vilanova, que también formó parte del panel de cata, coincide en subrayar la presencia de diferencias en los vinos con arreglo a la subzona de procedencia. «Es una denominación -explica- con mucha variedad según el origen y eso le da características diferentes».
Mar Vilanova define los vinos del 2019 como «muy buenos a nivel olfativo, y sobre todo en boca». «Esos toques de fruta con el frescor de que le dan los aromas vegetales otorga muy buena estructura en boca», detalla.
El consejo regulador organiza la cata para dar a los consumidores una indicación de carácter general sobre la calidad de los vinos que se va a encontrar en el mercado. Las añadas de 2017 y 2018 obtuvieron en Ribeira Sacra la calificación de «excelentes».
Una orientación con carácter general que ofrecen todos los consejos reguladores
Las catas de calificación ofrecen una visión general y orientativa de la calidad de una determinada vendimia. En una cosecha considerada buena, o incluso regular, puede haber vinos excelentes. Y viceversa. Determinadas zonas y bodegas pueden salirse de la regla. Cuando no se disponía del volumen de información que brinda Internet, este tipo de valoraciones eran un instrumento más demandado por el consumidor. Sobre todo en las denominaciones de origen enfocadas a crianzas y reservas, por la profusión de añadas que pueden encontrarse en el mercado. Cuanto mejor fuese calificada la cosecha, se entendía que más durarían los vinos en botella.
Pese a que la oferta sigue centrada en blancos y tintos del año, las cinco denominaciones de origen vitícolas gallegas califican la cosecha. Todas tienen en sus páginas web valoraciones al menos desde el 2012, aunque en el caso de Valdeorras no constan las de las tres últimas añadas. Siempre son «excelentes» o «muy buenas». La única salvedad está en Rías Baixas, cuyo consejo regulador valoró simplemente como «buena» la añada del 2014.
Diferentes metodologías
La fórmula de un panel de cata externo, cuya composición varía cada año aunque haya integrantes más o menos fijos, solo se emplea en Ribeira Sacra. El resto de las denominaciones de origen gallegas califican la cosecha a partir de los informes técnicos sobre la vendimia y las puntuaciones medias que concede el panel de cata del consejo regulador a las muestras que solicitan la contraetiqueta.