El alcalde de Chantada reclama en el Senado fondos para la autovía Lugo-Ourense
19 nov 2021 . Actualizado a las 19:13 h.La variante norte de Ourense de la A-56 se llevará la principal tajada presupuestaria en lo relativo a la autovía entre esa ciudad y Lugo en las cuentas del Ministerio de Transportes para el 2022. Para el resto de los siete tramos del proyecto, de los que solo está acabado el de A Barrela (Carballedo) a San Martiño (Vilamarín), el Gobierno central consigna el próximo años dos partidas de 100.000 euros destinadas, respectivamente a los trayectos A Casilla-Cambeo-San Martiño y Quintela-A Casilla. «Con esas cantidades, non me convence», objetó a la ministra el alcalde de Chantada y senador del PP Manuel Varela en una reciente interpelación en la Cámara Alta.
Varela formuló una pregunta oral dirigida a la ministra Raquel Sánchez sobre el calendario que maneja su departamento sobre la ejecución de la autovía entre Lugo y Ourense. El senador del PP calificó de «ridícula» la previsión presupuestaria destinada a la A-56, de la que desliga la variante norte de Ourense por entender que no forma parte estrictamente de ese proyecto. «Ya tengo mis años y lamento mucho decirle que no veré hecha la autovía Lugo-Ourense», señaló en su interpelación el alcalde de Chantada.
Tiraron de la chaqueta
El controvertido Plan Galicia incluía la A-56 entre las actuaciones prioritarias en materia de infraestructuras destinadas a paliar las consecuencias de la catástrofe del Prestige. Sobre el papel, las obras deberían entrar en su recta final en el horizonte del 2008. Pero no fue hasta el año siguiente cuando se iniciaron las explanaciones entre A Barrela y San Martiño. Los tojos asomaban de nuevo en el 2015 sobre los terrenos destinados a la autovía debido a la prolongada ausencia de actividad. Manuel Varela explicó en su intervención en el Senado que los alcaldes de la zona tuvieron que «tirar de la chaqueta» primero a Ana Pastor y luego a Íñigo de la Serna para que se invirtiese de nuevo en el trayecto que había quedado a monte.
Según los cálculos del PP, en esa época se inyectaron 45 millones a la reactivación de las obras. Si se hubiese mantenido el cronograma de inversiones a partir del 2019, apunta Varela, «el tramo hasta Chantada estaría terminado». El senador del grupo popular no solo criticó en la Cámara Alta la falta de inversiones en la A-56. También denunció el acusado deterioro del firme en la carretera N-540 y el olvido que sufre el plan para enlazarla con la autovía de Santiago en Guntín. «La invito a que nos visite y a que venga en coche al corazón de Galicia», le dijo a la ministra al hilo de su pregunta.
El Gobierno dice que el gasto en conservación de la N-540 creció un 20% entre 2018 y 2020
«Somos muy conscientes de la importancia de la A-56 y por eso en el anteproyecto de Presupuestos Generales del Estado para el 2022 hemos previsto 2,2 millones para las actuaciones en esa autovía», respondió la ministra de Transportes al senador del PP. Raquel Sánchez se refirió, asimismo, a las «proyecciones presupuestarias» de 5, 15 y 12,3 millones para los próximos ejercicios que se incluyen en las cuentas del Estado. «Todo ello —añadió— con el objetivo de iniciar el próximo año las obras de la variantes de Ourense, el tramo entre Eiras Vedras y Quintela, y avanzar también en los proyectos del resto de tramos».
La titular de Transportes detalló, por otra parte, que entre 2018 y 2020 se destinaron 3,6 millones de euros a reparaciones urgentes a la N-540. Según sus explicaciones, está en licitación un contrato para rehabilitar el firme y reforzar las marcas viales en Guntín, y en fase de redacción otros dos proyectos que incluyen el trazado por Chantada de la carretera de Lugo a Ourense. El presupuesto de conservación, con arreglo a sus datos, creció entre esos años un 20%.
Con gobiernos socialistas
La ministra negó categóricamente que la A-56 haya recibido un mayor esfuerzo inversor con los gobiernos del PP. Raquel Sánchez indicó que tanto la aprobación de los estudios informativos como la licitación del primer tramo se llevaron a cabo en la etapa de Zapatero. «Fue a partir del 2018 [con Pedro Sánchez en la presidencia] cuando se ejecutó más del 50% de lo que restaba [entre A Barrela y San Martiño] para poner en servicio las obras», puntualizó.