El único embalse que lo refleja es el de Vilasouto, que está muy por debajo de la media normal en esta época del año
23 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Los embalses de la Ribeira Sacra empiezan el año con abundancia de agua. Lo que se ve en estos momentos en la cuenca del Miño y el Sil no tiene nada que ver con las estampas que el año pasado dejaron en muchos ríos las estrategias comerciales de las compañías hidroeléctricas, que exprimieron al máximo la capacidad productiva de sus instalaciones en los ríos de diferentes puntos de la península ibérica. Pero si el vaciado de hace unos meses no tenía que ver con la meteorología, sino más bien con cuestiones económicas, el casi lleno de este arranque del 2022 tampoco refleja el estado general de los ríos. Para darse cuenta solo hace falta fijarse en el embalse de Vilasouto.
Los principales embalses de la Ribeira Sacra encaran la segunda quincena de enero con unos porcentajes de llenado en línea con la media de otros años, si no por encima. El más grande de los embalses del Sil, el de Santo Estevo, está al 83%. Y en el Miño, Os Peares roza el lleno total. Y Belesar, el embalse de más capacidad de acumulación de agua de toda Galicia, tiene un 64% de todo lo que puede retener. No pasa lo mismo con Vilasouto, uno de los embalses más pequeños de esta parte del interior de Galicia. Vilasouto no llega ni al 30% de su capacidad.
El caudal ecológico del Mao
El embalse de Vilasouto es el único de toda esta zona que no dispone de central hidroeléctrica. Su función no es producir electricidad, sino llenar todos los veranos el regadío Val de Lemos. El resto del año simplemente acumula toda el agua que puede para que no falte cuando llegue el estiaje. Solo desagua lo imprescindible para mantener el caudal ecológico del río Mao. Por lo tanto, es mejor que todos los demás embales como medidor de la cantidad de agua que llevan los ríos de la zona. Y en estos momentos tiene bastante menos agua de lo normal.
Efectivamente, como revela el nivel actual de Vilasouto y a pesar del aspecto rebosante que tienen los otros embalses, los últimos meses han sido más secos de lo normal en la Ribeira Sacra. Si tomamos como modelo la estación que gestiona MeteoGalicia en el municipio de Bóveda, la que está más próxima a la presa de Vilasouto, los meses de noviembre, diciembre y lo que va de enero han sido los segundos más secos de los últimos diez años. En este período, solo llovió menos entre el 2016 y el 2017.
Lo que llueve en Bóveda
Desde el pasado mes de noviembre y hasta esta semana, en la estación meteorológica de Bóveda se recogieron 244 litros de agua por metro cuadrado. La media de noviembre, diciembre y enero de los últimos diez años es de 357 litros. A este mes de enero le faltan todavía diez días para terminar, pero mucho tendrían que cambiar las cosas para que el balance final de este trimestre sea muy distinto. En estos tres meses, pero del período comprendido entre el 2016 y el 2017 se recogieron en Bóveda 196 litros por metro cuadrado. Desde el 2012-2013 no hubo un cambio de año tan seco como ese. Y el más lluvioso fue el del 2019-2020, con 616 litros, un 152% más que el actual.
Que este cambio de año haya sido el segundo más seco de los últimos diez no sirve para augurar que el 2022 va a ser un año difícil desde el punto de vista hídrico. Ni siquiera es suficiente para augurar un verano complicado en el regadío Val de Lemos. Todavía hay margen para que las cosas cambien. Las estadísticas dicen que la curva normal de llenado del embalse de Vilasouto empieza a subir de forma moderada al principio del otoño y que se acelera a medida que avanzan el invierno y la primavera. En cambio, esta vez el río Mao no ha sido capaz de aportar caudal suficiente como para que el nivel de Vilasouto subiese absolutamente nada entre septiembre y diciembre.
Solo en las dos primeras semanas de este mes de enero llovió lo suficiente como para que el embalse pasase de los 5 hectómetros cúbicos de agua con los que terminó el verano a los 6 que guarda ahora. Lo habitual en este momento del año es que este embalse tenga en torno a 10 hectómetros cúbicos de agua. Es decir, tiene un 28% del agua que es capaz de almacenar, pero la media normal para esta época es el 50%.
*A falta de una semana para terminar enero
Pequeño y solo para riego agrícola
El embalse de Vilasouto es uno de los más pequeños de la Ribeira Sacra. Capaz de retener hasta 21 hectómetros cúbicos de agua del río Mao, su tamaño palidece al lado de los 177 hectómetros cúbicos que puede manejar el de Santo Estevo, en el Sil; o las 413 de Belesar, en el Miño. Es un tamaño suficiente para alimentar el regadío agrario Val de Lemos y eso es para lo que fue construido. Situado en territorio de O Incio, entre as parroquias de Vilasouto, Eirexalba y Goó, ocupa una extensión de 111 hectáreas.