«Lo que asoma estos días bajo el agua de Os Peares es digno de ver»

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Los negocios turísticos tratan de sacarle partido al inusual paisaje que deja en el Miño que la bajada de nivel del embalse

03 abr 2023 . Actualizado a las 16:39 h.

La rebaja aplicada estos días al nivel del agua en el embalse de Os Peares no tiene por qué ser un freno para los negocios que organizan recorridos turísticos en la zona. Algunas actividades han tenido que echar el cierre por razones técnicas, como la ruta del catamarán del club náutico del pueblo de Belesar, pero la mayoría siguen operativas. Y no solo eso, sino que esperan sacarle partido al extraño aspecto que presenta estos días el embalse. «Esto permite enseñar a los visitantes cosas que habitualmente no se ven», explica Juan Míllara, que tiene una empresa que hace recorridos en lancha por este tramo del Miño. Y no es el único.

El tramo del Miño que está embalsado por la presa de Os Peares empezó a bajar de nivel el pasado 13 de octubre por razones técnicas. La empresa Naturgy tenía que llevar a cabo trabajos de mantenimiento de las compuertas de la presa y para eso necesita mantener durante unas cuatro semanas el embalse con menos agua de la habitual. La bajada alcanzó el nivel preciso hace ya unos días y Os Peares tiene ahora solo el 74% del agua que es capaz de almacenar. «El nivel de este embalse oscila poco, así que es muy poco habitual verlo como está estos días», apunta Juan Míllara. La bajada ha cambiado el paisaje habitual de las orillas y deja a la vista cosas que normalmente están ocultas.

«Lo que asoma de las aguas estos días es digno de ver», resume Juan Míllara, que hace rutas fluviales en una embarcación de doce plazas y que al contenido habitual de sus recorridos le añade ahora lo que el retroceso de las orillas está dejando a la vista. «Debido a esta situación excepcional -explica el propietario de Turismo Pantón-, se pueden ver pueblos sumergidos, antiguas huertas, bancales de viñas que llevan décadas bajo el agua, incluso algún batuxo, que son las antiguas barcas de madera que se utilizaban antes de la construcción de los embalses, y que habían quedado en la antigua orilla cuando se llenó el embalse; y también se puede pasar andando a la isla de Maiorga».

Otra prueba de que los responsables de estos negocios no están excesivamente preocupados por la situación actual la aporta Luisa Rubines, de la empresa Quinta Sacra, pionera en ofrecer en esta parte del Miño viajes en lancha para grupos reducidos. Ella acostumbraba a cerrar en noviembre, un mes que habitualmente es temporada baja. Hasta este año, que va a mantener abierto su negocio.

No lo hace por el cierre, sino porque vio que esta vez tenía más demanda de la habitual para los meses de noviembre y diciembre. Y la clientela que espera es además diferente a la habitual en temporada alta. «Para estas semanas —anuncia Luisa Rubines— van vir máis extranxeiros do habitual, como mexicanos, americanos, británicos, daneses...». Ella cree que puede ser un efecto de la campaña que la Xunta puso en marcha este año para mostrar la Ribeira Sacra a operadores turísticos de países que no suelen enviar turistas aquí.

Lo que importa es el tiempo

Tampoco el restaurante de la playa de A Cova, en el municipio de O Saviñao, va a cerrar por la bajada del nivel del agua en el embalse. Diego Rodríguez es el responsable de su gestión y explica que para estas fechas mantienen el acuerdo que alcanzaron hace meses con Turismo Pantón para ofrecer paquetes turísticos conjuntos que incluyen recorridos en lancha por el río y experiencias gastronómicas en el restaurante que está en esta playa fluvial. «Temos que aproveitar —explica— para ensinarlle á xente que nos visita o que habitualmente non se ve nesta parte das ribeiras do Miño».

Ninguno de los tres espera que sus previsiones de actividad se resientan por la situación del embalse. El fin de semana del 22 y el 23 de octubre fue el primero con el embalse tan bajo y lo cierto es que hubo poco movimiento de visitantes. Pero es que el tiempo fue muy malo y eso es más determinante que cualquier otro factor. Los tres creen que el éxito o no del puente de Todos los Santos dependerá de si se presenta muy lluvioso o no.

En todo, caso tampoco hay que pensar que la situación del embalse en estos momentos es envidiable. Una bajada así supone un problema para el embarque de los viajeros y también reduce la navegabilidad. En una situación así, las embarcaciones pequeñas tienen menos problemas. Por eso la Diputación decidió suspender las rutas desde su club náutico del pueblo de Belesar. Su catamarán de alrededor de 60 plazas lo tiene muy difícil para navegar con el río tan bajo. También han optado por parar en la empresa Sacra Activa, que tiene un catamarán de doce plazas. A su propietario, Martín Martínez, le parece lo más prudente en estas circunstancias. «Cando Naturgy nos avisou de que ían baixar o nivel —explica Martín Martínez— recomendounos pechar o embarcadoiro mentres durase esta situación e iso é o que fixemos».

Adaptar el embarcadero

Los responsables de Sacra Activa no ven claro como mantener operativo su embarcadero, al que se llega por un lugar de acceso muy complicado con el río tan bajo como está ahora. Las otras dos empresas que hacen rutas fluviales en este tramo del Miño y que han decidido seguir solucionan este problema como pueden. Luisa Rubines tiene claro que, hasta que el nivel no vuelva a subir, la llegada al río solo es apta para personas que no tengan problema de movilidad.

Y Juan Míllara admite que el embalse se navega igual, porque hay obstáculos sumergidos que habitualmente no es preciso tener en cuenta porque están demasiado abajo y a los que ahora sí hay que prestar atención.