Cristina Fuentes, responsable de una vinoteca: «Para mí no hay vinos mediocres»

Sandra Blanco / L. D.

LEMOS

Cristina Fuentes es la propietaria de la vinoteca Grolo, en el casco histórico de Monforte
Cristina Fuentes es la propietaria de la vinoteca Grolo, en el casco histórico de Monforte L. DÍAZ

Cristina Fuentes está al frente de una tienda especializada que ofrece en Monforte marcas de bodegas de todo el mundo

22 jul 2023 . Actualizado a las 10:11 h.

Cristina Fuentes Amor desde hace un año y medio regenta la vinoteca Grolo en la calle del Comercio. Su afición por el vino y su trabajo en una bodega de la Ribeira Sacra le llevó a abrir una tienda especializada en vinos en Monforte. Decidió montarla en esta ciudad ya que en Monforte solo estaba la tienda del Centro do Viño ofreciendo vinos de la Ribeira Sacra. Así que vio una buena oportunidad de abrir una vinoteca que pudiese ofertar vinos de distintas zonas del mundo. De momento asegura que le está yendo muy bien y que tiene clientela de todo tipo.

—¿De dónde surge la idea de montar una tienda de vinos de alto nivel?

—Todo surge a raíz de que estuve diez años trabajando en una bodega de la Ribeira Sacra. Una vez que decidí terminar esa etapa, empecé a conocer más mundo, variedades, zonas… Y me impresionó la forma de cómo hacían el vino y todo lo que había que no conocíamos, ya que solo nos estábamos centrando en Ribeira Sacra y Galicia. Entonces quise conocer más y empecé a estudiar un poco más sobre el tema y monté la tienda. Decidí establecerla en Monforte porque aquí solo teníamos vinos de Ribeira Sacra y yo quería dar la oportunidad de que hubiera diferentes vinos de distintas zonas del mundo para que la gente los pueda probar.

—¿Es factible montar este negocio en un lugar como Monforte?

—La verdad es que me constó lo mío. De hecho estaré unos años trabajando para recuperar lo que invertí, pero la verdad es que me va muy bien. Llevo un año y medio con la tienda y estoy contenta. Así que sí, es factible, porque vinotecas en Monforte ahora solo hay dos y una se dedica a vinos de la Ribeira Sacra y nuestra tienda, Grolo, tiene vinos de todo el mundo.

—¿Qué tipo de público viene a su tienda?

—Vienen turistas pero la mayoría de mi clientela es gente de la zona. Es un público que está estudiando o trabajando fuera y en las vacaciones o en los fines de semana vienen aquí a comprar vino. También viene gente de Monforte a comprar vino para fiestas… Otros lo hacen porque se están metiendo en el mundo del vino y quieren probar un vino de bobal, o un pinot.

—¿Qué conocimientos hay que tener para llegar a saber catar bien un vino?

—Diría que experiencia. Al final tienes que catar mucho para descubrir un vino y poder sacarle los diferentes parámetros en cuanto a olor, sabor y visión.

—¿Cuánto suele costar un vino de alto nivel?

—En tienda el vino más caro que tengo es un Pisón y son 375 euros. Pero fue capricho mío porque lo probé en un evento en Barcelona y dije ‘el día que tenga la tienda tengo que traer este vino'. Pero, de hecho, en año y medio no lo ofrecí.

—¿Cuáles son las características que separan a un vino mediocre de uno lujoso?

—Considero que no hay vinos mediocres. Sí que es verdad que hay vinos de mesa, vinos como el de chateo o más comerciales, pero no les llamaría mediocres. Muy mal tiene que hacer un enólogo su trabajo para crear un vino malo. La diferencia, reside en el cuidado de las viñas, en que la elaboración también lo esté. Si todo el proceso de la cepa hasta la copa está cuidado, tendrás un buen vino.

—¿Qué hace que un vino sea caro?

—Yo creo que es buscar una diferencia. Todo el cuidado del vino desde la cepa hasta la copa es necesario para que un vino pueda ser caro y además, esté bueno y bien elaborado. Un vino de este nivel lo tiene que tener todo.

—Hay un dicho que dice que el vino cuanto más viejo mejor, ¿es esto cierto?

—Es cierto en vinos que tienen algo de crianza o que sean muy buenos. Diría que un punto a favor de los vinos de guarda es que no lleven nada de madera, como puede ser un riesling o un albariño. Estoy probando albariños y mencías que tienen muchos años y nada de madera y que están buenísimos. Los vinos con crianza bien hechos, que no tengan mucha barrica y que aguanten tiempo en botella, están muy buenos.