Las primeras fiestas de Monforte en su formato actual fueron en 1948

Luis Díaz
luis díaz MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Carrera de sacos en la calle Cardenal en las fiestas patronales de agosto de 1950
Carrera de sacos en la calle Cardenal en las fiestas patronales de agosto de 1950 CONRADO VILA AUBERT

Hasta 1934, en la Compañía se celebraban las Reliquias y coincidían en mayo

15 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Nacieron con un afán bastante más modesto. Informaban de las citas que podían resultar de interés para el lector, con el añadido de colaboraciones de firma de prestigio sobre la vida y la historia local. Pero la utilidad de los programas de las fiestas de Monforte, con el paso del tiempo, trasciende la finalidad con la que fueron concebidos. Reseñas y anuncios publicitarios, incluso la propia programación de los festejos, constituyen una valiosa fuente de información sobre la evolución social y económica de Monforte en su historia más reciente. El programa de 1952 sitúa cinco años antes el origen hasta ahora incierto de las fiestas en su formato actual.

La decisión sobre el cambio de las fechas originales de celebración de las fiestas de Monforte de mayo a agosto no ha dejado demasiado rastro escrito. «Documentalmente, nadie hasta la fecha, que sepamos, ha sabido contestar de una manera seria y rigurosa. El cambio fue hace unas décadas y no siglos y, sin embargo, en cuantos documentos municipales u otros oficiales hemos consultado, nada nos dicen de ello, ni la razón que motivó a los mandatarios locales a realizarlo», señala el investigador local Felipe Aira en uno de sus estudios.

El programa de fiestas de 1952 desvela que el origen de las modernas patronales está en el año 1948. El músico y escritor Antón Valcarce conserva ambos ejemplares y otros que sirven de referencia para esta información. Su abuelo, el polifacético Pedro Losada Pereira —que tanto organizaba un ciclo teatral como se ponía a entrenar al Lemos— era el responsable de los textos y de la composición de los primeros programas.

«Aquellas expansiones populares a las que se les dio carácter patronal en los años 1929 y 1934 [se refiere a los festejos en la Compañía en honor a las Reliquias], habían de trasplantarse a otra fechas; no era el mes de mayo, con sus intermitentes y, a veces continuas lluvias, el más a propósito. Y coincidiendo con la Asunción de Nuestra Señora, día universal, se fundieron en ellas dos advocaciones de tradición: las Reliquias y Montserrat», escribe Pedro Losada en el programa de 1952.

Desde el silo XIX las fiestas principales de Monforte se celebraban en mayo y eran conocidas como las Sagradas Reliquias. La dedicatoria a la Virgen de Montserrat y el cambio de fechas a agosto posiblemente tuviesen que ver con la meteorología de ese mes y el retorno por esas fechas de familias que residían fuera. Pedro Losada detalla en 1952, en todo caso, que esa era la «quinta edición» de las fiestas dedicadas a la actual patrona.

El primer programa, de 1948, se publicó bajo el lema de las «Grandes ferias y fiestas de Monforte de Lemos», que se prolongarían del 12 al 16 de agosto de ese año. El saludo del alcalde, curiosamente, omitía su nombre. Era Francisco Arechaga, hijo de militar y nacido en Filipinas. Pese a no ser originario de Monforte, Arechaga reclamaba el derecho a querer a esta ciudad «como el mejor de sus hijos, ya que aquí nacieron mis mayores».

Antiguos programas de las fiestas de agosto, en el centro el de 1948
Antiguos programas de las fiestas de agosto, en el centro el de 1948 COLECCIÓN A. VALCARCE

«Los festejos traen forasteros y eso es vida»

«Hemos acordado —decía Arechaga en el programa— que nuestra ciudad tenga sus fiestas patronales con el fin de colocarla, en ese aspecto, a la altura de otras poblaciones de igual categoría». La festividad de la Virgen de Montserrat, el 15 de agosto, pasaba a ser así el día grande de las fiestas de Monforte a todos los efectos. Las fiestas de agosto, apuntaba por su parte Pedro Losada, nacían en 1948 «con los mejores auspicios y al calor de la protección oficial». «Los festejos —proseguía Losada— traen forasteros y eso es vida».

Aquellos primeros programas se componían en la desaparecida imprenta Balado. A las alabanzas al equipo de fútbol local —«¡Hala Lemos!», llevaba por título una de las primeras—, ya las crónicas más ligeras sobre el día a día de la vida local, pronto se sumaron colaboraciones de mayor calado en sus contenidos. Manuel Hermida Balado, luego cronista oficial, dedica un interesante artículo en 1958 a la invasión francesa en Monforte, cuestión que ahora vuelve a estar en boga entre los investigadores.

Premio para Cunqueiro

Dos años después, Luis Moure Mariño aborda por vez primera en las páginas de programa de fiestas la tradición hebrea de Monforte y la leyenda del Cristo de la Colada, cuestiones a las que en los últimos años dedicó abundantes páginas Felipe Aira. El pregón del año 1969, por otro lado, incluye el poema con el que Álvaro Cunqueiro había ganado el premio de los segundos juegos florales de Monforte. Cunqueiro, desvelan sus biógrafos, concursaba habitualmente en este tipo de certámenes literarios, en los que encontraba una fuente de ingresos complementaria.