Rubián celebra el día grande de su fiesta con relevo en la intendencia de la parroquia
16 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Primero va un estandarte, después una cruz, a continuación una pequeña talla de la Virgen de Fátima y a continuación las imágenes de San Roque, Santa Rita, la Santísima Concepción, San Antonio, Jesús Nazareno, Santiago, un Ecce Homo con capa, un soporte repleto de exvotos de cera y, finalmente, el Ecce Homo sin capa, que con más de 300 años es la talla más antigua de todas. Es el orden en el que desfilan siempre en la procesión del 15 de septiembre las imágenes religiosas que custodia la parroquia de Rubián. Y fue el orden en el que desfilaron ayer, el día grande de las fiestas de este pueblo del municipio de Bóveda.
Las de Rubián son unas de las fiestas parroquiales con más personalidad y más antiguas de toda la comarca de Lemos. Con un marcado carácter religioso, son también de las que más necesitan del compromiso de los vecinos para seguir existiendo, porque hacen falta muchos brazos para sacar en procesión 11 imágenes y un estandarte.
En Rubián aseguran que hay constancia documental de que esta fiesta se celebra desde el siglo XVIII. Lo que no saben es de ninguna otra fiesta más o menos cercana con una procesión tan llena de santos.
La mayoría de los vecinos tienen su parte de mérito en la longevidad de esta fiesta, pero si se les pregunta la mayoría dirán como mínimo que una de las que más ha tirado del carro en las últimas décadas ha sido Ana Taboada.
La conocen por Anita, pero ya ha cumplido 90 años. Lleva desde muy joven encargándose de que todo en la capilla del Ecce Homo de Rubián esté como tiene que estar. Para las misas de los domingos y, por supuesto, para las fiestas de mediados de septiembre. Ha sido durante mucho tiempo una ayuda fundamental para los párrocos que han pasado por aquí, pero ya tiene una edad, así que en este 2023 toca relevo.
Y ese relevo lo asume Aida Méndez, nacida hace 49 años en Rubián pero residente en A Coruña. «Eu son —explica— das que a pesar de vivir fóra volvo todas as fins de semana a Rubián».
Ella se hace cargo encantada de la responsabilidad y está tranquila porque sabe que no va a estar sola. «Anita vai seguir axudando, pero é que ademais están todos os demais veciños, que sempre colaboran moito coa parroquia e coa festa».
Ana y Aida nacieron con 41 años de diferencia y pertenecen a generaciones que viven la religión de maneras muy distintas. «Se acepto tomarlle o relevo a Anita —explica Aida— é porque non quero que se perda a tradición desta festa, pero a relixión tamén me parece importante».
Como a la mayor parte de los que ayer llenaron la capilla para asistir a la misa. Buena parte de ellos tomaron alguno de los decenas de exvotos de cera disponibles para ello en la sacristía y lo colgaron en uno de los pasos que salen en la procesión. Estas piezas de cera representan figuras humanas y sus portadores las utilizan para pedirle al Ecce Homo ayuda para superar algún tipo de dolencia o de enfermedad.
En tiempos, las ceras se colgaban directamente de la imagen del Ecce Homo sin capa, la más antigua de la capilla, pero la prudencia aconsejó a la parroquia buscarle una alternativa que supusiese menos desgaste para una talla tan antigua como esa.
En los últimos tiempos tampoco se ve a nadie haciendo la procesión descalzo o de rodillas, como antes. Sí salen mujeres con los hábitos morados de los penitentes, pero no van descalzas.
Cuatro curas
Igual que siempre, las fiestas de Rubián empezaron el día 14, el que está dedicado al Ecce Homo en el santoral. Pero el día grande siempre es el 15, el de la Virgen de los Dolores.
La misa de este viernes la ofició el párroco de Rubián, Julio Fernández Doval, ayudado por los sacerdotes José Luis Regueiro, Juan Manuel del Río y Gonzalo Vázquez, titulares de parroquias cercanas.
Las fiestas duran tres días este año. Terminan el sábado con una verbena en la que tocarán la orquesta Magos y la charanga Louband, y que terminará con una sesión de música don el dj Cristian Álvarez.