La nueva presa de A Pinguela, en Monforte, deja de regular el Cabe hasta el verano

Luis Díaz
Luis Díaz MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

La presa de A Pinguela, ya sin las planchas sobre la base que embalsaban el agua hasta ahora
La presa de A Pinguela, ya sin las planchas sobre la base que embalsaban el agua hasta ahora CARLOS CORTÉS

Fue desmontada antes de la época de las crecidas para evitar que se repitan daños

29 sep 2023 . Actualizado a las 11:16 h.

La nueva presa de A Pinguela, en Monforte, vuelve a dejar correr libremente el agua del Cabe en ese tramo urbano. Del azud inaugurado a finales del 2022, solo se mantiene ahora la base de hormigón que sirve de soporte para una estructura desmontable. El sistema extraíble que regulaba el cauce del río en el tramo superior desde el pasado mes de junio acaba de ser retirado y así seguirá hasta el próximo verano. Los cálculos de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil —responsable de la ejecución de este proyecto de mejora ambiental— apuntan a que las lluvias que descargarán en los meses de otoño e invierno serán suficientes para mantener la lámina de agua de la laguna anexa al río.

El recurso a la instalación de una presa desmontable —que sustituye el azud de hormigón que rompió una riada en enero del 2016— responde a la necesidad de garantizar la entrada de agua a la laguna anexa al río que ocupa el espacio de una antigua gravera. El Cabe no está comunicado con ella por encima del azud, pero el represamiento del cauce en época de estiaje garantiza un flujo de agua a través de la capa freática en ese tramo. En otoño e invierno, serán las lluvias las que garanticen el nivel de la laguna que se considera adecuado para evitar problemas de salubridad al vecindario y a los usuarios del paseo fluvial.

La presa consta de pequeñas compuertas de quita y pon que se acoplan cuando resulta conveniente a doce perfiles metálicos incrustados en la base, que en un principio eran fijos pero fueron sustituidos por otros extraíbles para evitar la retención de ramas y troncos arrastrados por las crecidas. La estructura que acaba de desmontarse no es la original, sino la que fue instalada con esa modificación tras los daños por la riada de comienzos de este año. Como consecuencia de la última avenida, fue necesario reponer las escolleras laterales y el paseo que discurre entre el río y la laguna.

Recarga subterránea

La laguna de A Pinguela tiene un pequeño canal de comunicación con el río junto a la pasarela del sendero que la separa del cauce. Sin embargo, la entrada del agua por esa conexión solo es posible si el nivel del Cabe es elevado. En los meses de estiaje, cuando el caudal disminuye, la recarga de la laguna es subterránea, a través de las filtraciones que se producen por encima del lugar en el que se encuentra situado ese canal. Es por ello por lo que la presa se mantuvo embalsando el agua entre los meses de junio y septiembre. El caudal medio de 0,92 metros cúbicos por segundo que se registra en septiembre pasa a ser de 11,89 metros cúbicos en enero, según datos de la confederación.

Coincidiendo con la retirada de las planchas del azud, una empresa contratada por la confederación hidrográfica troceó y procedió a la retirada de un árbol de gran tamaño que estaba atravesado sobre el río aguas arriba. La caída de produjo el pasado 9 de septiembre, coincidiendo con una fuerte tormenta que entre otros desperfectos llegó a causar inundaciones en la planta alta del hospital.

El caudal toca fondo en agosto y presenta los niveles más altos en enero y febrero

Los cálculos hidrológicos que sirvieron de base al proyecto de actuaciones medioambientales que se llevó a la práctica en A Pinguela —incluida la instalación de la nueva presa— explican la elección de los períodos del año en los que permanecerá desmontada. Tomando como referencia mediciones del período 2008- 2018, el caudal medio del Cabe cae radicalmente desde mayo. En este mes se sitúa en 4,13 metros cúbicos por segundo y en junio baja hasta 2,52 metros cúbicos. En agosto toca fondo, con una estimación media de 0,92 metros cúbicos por segundo.

Los daños provocados por las riadas suelen producirse en enero y febrero. Y las estadísticas correspondientes a esta demarcación explican el por qué. Los caudales medios son en esos meses de 10,25 y 11,89 metros cúbicos por segundo, respectivamente. Fuera de ellos, los indicadores más altos están en marzo (9,08 metros cúbicos) y abril (7,47 metros cúbicos).

La sequía de 1944

Siguiendo datos de la confederación hidrográfica anteriores al 2008, y correspondientes al período 1944-2007, no se aprecian cambios en lo relativo a los meses en los que el Cabe registra mayor caudal. Sí reflejan, no obstante, su disminución en los meses estivales. Antes del 2008, y en los 63 años objeto de estudio, los caudales medios eran de 1,81 metros cúbicos por segundo en julio, 1,41 en agosto y 1,46 en septiembre. El caudal medio anual más bajo de toda la serie de dio precisamente en 1944 y fue de 0,89 metros cúbicos por segundo. En 1996, por el contrario, de alcanzó una media anual de 15,48 metros cúbicos por segundo.