
Mauricio Lorca obtiene las máximas puntuaciones en el concurso Best of Spain con vinos que elabora en Amandi y Chantada
17 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Galicia no fue para la pareja una escala más en sus viajes turísticos por España. De aquí no solo se llevaron fotos de recuerdo para enseñar a sus amistades de regreso a Argentina. Saltar el charco no es lo mismo que pillar un AVE a Madrid, pero incluso así pensaban que merecía la pena hacerse con una casa por estas tierras. A Coruña era entonces la primera opción. Una fugaz escapada a la Ribeira Sacra pondría patas arriba todos los planes. «Mi mujer y yo vimos la rectoral de Belesar y aquello fue como un flechazo, como si de repente se encendiese un flash. No nos pudimos resistir», comenta al otro lado del teléfono el enólogo Mauricio Lorca.
Atiende la llamada en un despacho de la bodega Foster-Lorca, de la que es director técnico, a media hora de la ciudad argentina de Mendoza. De allí salen cada año, para ese país y un buen número de destinos internacionales, dos millones de botellas de vino y otro medio millón de litros en graneles. En su aventura como elaborador en Ribeira Sacra se marca el listón de alcanzar las 30.000 botellas. Dos de sus tintos, elaborados respectivamente en Amandi y Chantada, acaban de obtener la máxima puntuación en el concurso Best of Spain que organiza en Ámsterdam la Unión Española de Catadores (UEC).
«Me parecía superinteresante explorar las posibilidades de dos riberas tan cercanas y tan diferente al mismo tiempo como son el Sil y el Miño. En el mundo del vino hay dos formas de posicionarse: a través de los volúmenes o de la singularidad. Desde este última premisa, la Ribeira Sacra me parece el lugar ideal para elaborar vinos únicos a partir de terruños cuyas condiciones agroecológicas no se pueden reproducir en ningún otro lugar. Es todo un desafío», señala Lorca.
En Ámsterdam y Dublín
En los últimos tiempos la UEC optó por abrir horizontes a sus concursos de vinos, centrados habitualmente en Madrid. Los premios Best of Spain Wine Challenge viajan ahora todos los años a Ámsterdam y Dublín para dar respuesta al creciente interés de las bodegas españolas por extender sus mercados. En la capital holandesa, Mauricio Lorca obtuvo dos «gran oro» —máxima calificación del certamen— y un «oro» con vinos de su proyecto en la Ribeira Sacra, denominado Viñedos de Belesar.
El enólogo dispone de dos bodegas en esa denominación de origen. Una está en Chantada y ocupa la planta baja de la antigua casa rectoral de Belesar, pueblo a orillas del Miño donde desarrolla un proyecto de enoturismo. De esa ribera proceden las uvas de Camiño Empedrado 2020 y Camino Empedrado Blend de Fincas 2020, con los que obtuvo un gran oro y un oro en el concurso celebrado en Ámsterdam. El otro gran oro fue para el vino Camino Empedrado Amandi 2021, que elabora con uvas de esa subzona y en una bodega que adquirió en el municipio de Sober tras la compra en Belesar.
La cosecha del 2020 fue la primera que elaboró en Ribeira Sacra. Lorca asegura que desde ese momento estuvo convencido del potencial de guarda de esos vinos. «Lo primero fue comprar la casa rectoral. El interés por el vino llegó justo después, estando aquí, cuando descubrí la acidez natural que convierte estas uvas en un verdadero tesoro. Creo firmemente en el potencial de esta zona, siempre con un criterio enológico y un trabajo en la viña estrictos», explica.
El enólogo argentino, socio del grupo que adquirió el restaurante monfortino O Grelo, quiere poner en marcha en la rectoral de Belesar un proyecto turístico compatible con las iniciativas de ese tipo que lleva a cabo la bodega Foster-Lorca en la región argentina de Mendoza. «Tratamos —apunta Lorca— de aprovechar las sinergias. Hay distribuidores internacionales que nos visitan en Argentina y que van a pasar también por la Ribeira Sacra. Aquí acabamos de empezar y ya estamos exportando vino, además de a mi país, a Canadá, Brasil, Suiza e Inglaterra».
En ambas orillas
En sus primeros años Mauricio Lorca trabajó con el conocido enólogo y bodeguero estadounidense Paul Hobbs, que con el tiempo curiosamente acabaría asociado a un proyecto en la Ribeira Sacra, en este caso en el municipio de Quiroga. El aterrizaje de Lorca en esta denominación de origen no pasó desapercibido para la prensa especializada argentina. José Luis Belluscio, uno de los críticos de referencia en ese país, visitó esta zona tras un viaje por Francia para catar vinos de malbec, uva de referencia en Argentina originaria de Cahors, al sureste de Burdeos. «Mauricio Lorca cruzó el Atlántico. Y no para quedarse de aquel lado, sino para nadar de una costa a otra y elaborar vinos en ambas orillas. En la Ribeira Sacra, con sabores detenidos en el tiempo para nuestro presente vitivinícola», escribe Belluscio en su página web.