Ribeira Sacra remite a 2.212 viticultores la cuota para poder vender uva este año

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

El pago de la cuota es obligatorio para poder vender la uva vendimiada a las bodegas
El pago de la cuota es obligatorio para poder vender la uva vendimiada a las bodegas CARLOS RUEDA

El precio por cada hectárea de viñedo ronda los 65 euros en cada campaña

17 jun 2024 . Actualizado a las 19:34 h.

El consejo regulador de Ribeira Sacra pasó a cobro las cuotas correspondientes a esta campaña que deben abonar los viticultores inscritos en la denominación de origen Ribeira sacra. Las cantidades son proporcionales a la superficie de viñedo que tienen dada de alta y es necesario estar al día en su pago para poder comercializar la uva. La fecha límite para efectuar los ingresos es el próximo 30 de junio, en las cuentas habilitadas con ese fin en Abanca, Santander y Caixabank.

Los recibos fueron remitidos a los 2.212 viticultores dados de alta en la denominación de origen, de los que alrededor de 800 pagan las cuotas pese a no vender la uva. Si tienen inscritas las viñas en Ribeira Sacra «es básicamente por una cuestión de identidad y sentido de pertenencia», apunta el presidente del consejo regulador, Antonio Lombardía. Este colectivo, sin equivalente en otras denominaciones, tiene representación en el consejo. Concretamente, le corresponde uno de los seis vocales del sector elaborador.

«Es un caso atípico porque en otras denominaciones se da de baja a los viticultores cuando llevan un tiempo determinado sin vender su cosecha. El contexto de la viticultura en Ribeira Sacra es singular y por eso también nos parece que deben estar ahí», dice Lombardía.

Incidencia del minifundio

El precio por hectárea que pagan los viticultores de Ribeira Sacra ronda los 65 euros. La fragmentación de la propiedad, por otra parte, motiva que un porcentaje elevado de los inscritos paguen cantidades testimoniales por algunas parcelas. «Hay muchas cuotas de 5 o 6 euros», explica Lombardía. Las mayores cantidades corresponden a los contados viticultores profesionales con varias hectáreas a su cargo y a las bodegas que disponen de viñedos propios.

El censo de viticultores se mantiene relativamente estable en los últimos años en Ribeira Sacra, aunque desde el 2012 se aprecia una tendencia a la baja que el consejo regulador asocia al envejecimiento poblacional. El delicado contexto demográfico de la zona motivó que hasta las bodegas más reticentes se decidiesen a plantar viñedo Un caso significativo es del de Rectoral de Amandi, que de comprar exclusivamente uva pasó a realizar importantes plantaciones en el entorno de la bodega, ubicada en Sober, y en los municipios de Quiroga y a Peroxa.

No hay estudios fiables sobre el coste de producir la uva en esta denominación de origen. Alguna bodega echó cuentas a título particular y no bajaba de 2 euros el kilo en zonas en bancales y fuerte pendiente. Este sería el precio en una producción estrictamente profesional, sin el recurso habitual a familiares o amigos para determinadas faenas. Si se tiene en cuenta que el kilo de uva se paga entre 1 euro y 1,50 euros, se entienden las reticencias de muchas bodegas a hacerse con viñedo propio.

La incógnita este año está en el impacto que pueda tener sobre el sector elaborador una más que previsible bajada en la demanda de la uva tinta, en la que se centra la producción en todas las subzonas de Ribeira Sacra. «La incertidumbre nunca es buena y hasta que no se acabe el plazo no lo sabremos, pero no creo que el pago de las cuotas vaya a ser un problema. Hasta ahora nunca lo fue», opina Lombardía.

Las cuotas que no se abonan en período voluntario deben satisfacerse con recargo, con el agravante de que el viticultor no puede vender uva en esa campaña. Si dejan de pagarse, la viña en cuestión se da de baja en el censo de la denominación de origen y no siempre resulta sencillo poder inscribirla nuevamente.