
El presidente del consejo regulador de Ribeira Sacra, Antonio Lombardía, avanzó que la reunión que mantuvo el pasado lunes en Monforte con el director de la Axencia Galega da Calidade Alimentaria, Martín Alemparte, fue preparatoria de una serie de futuros encuentros con los diferentes agentes implicados «para compartir ideas sobre cara onde temos que ir na denominación». Este intercambio de impresiones, según indicó, se llevará a cabo en una mesa de trabajo «na que os sindicatos tamén van estar presentes».
En los últimos días, el Sindicato Labrego Galego remitió una carta modelo a todos los viticultores inscritos en Ribeira Sacra en las que analiza la situación de la denominación y les ofrece asesoramiento a través de su oficina en Chantada para tramitar las ayudas de la Xunta a la conservación del paisaje vitícola. Esta organización agraria anima a los cosecheros a solicitar las subvenciones, aunque sostiene que se trata solo de un «parche» frente a los excedentes de vino.
El SLG estima que en la pasada campaña quedaron sin vender un millón de kilos de uva y teme que la situación pueda repetirse este año, en el que según dice «Rectoral de Amandi non ten previsto recoller». Según detalla el sindicato, ya no lo hizo en la anterior vendimia, al igual que las otras bodegas importantes de la denominación. «Ponte da Boga recolleu o branco e o 80% da uva tinta e deixou a outras persoas sen recollida. Regina Viarum recolleu o 80% da cota», indica en la carta que remitió a los viticultores.
Tope de cuatro hectáreas
En cuanto a las ayudas para el mantenimiento del paisaje vitícola, el SLG sostiene que «a cantidade grande vai ir para as adegas que non recolleron uva, que son as que teñen a superficie». A su juicio, «tería que pagarse máis pola primeira media hectárea e pagar só por catro hectáreas, xa que é onde están todas as persoas viticultoras ou as pequenas adegas». Desde su punto de vista, estas ayudas deben «consolidarse e mellorarse» si se quiere contribuir realmente «a que non morra a Ribeira Sacra», algo que el sindicato cree que sucederá si no se garantiza la compra de la uva a los viticultores.