El BNG lleva a pleno una iniciativa para que la Xunta mejore el mantenimiento
23 ene 2025 . Actualizado a las 23:54 h.El tiempo no pasa en balde para el antiguo hotel Comercio. Catorce años después de la conclusión de las obras de rehabilitación, promovidas por la Xunta tras la adquisición de este inmueble del casco histórico de Monforte, se suceden las quejas por problemas de mantenimiento en los pisos alquilados desde entonces a jóvenes con bajos ingresos. «A intervención no edificio foi algo moi importante, pero as vivendas teñen serias deficiencias e tardan moito tempo en arranxarse», apunta el concejal del BNG Manuel Luaces. Inquilino en su momento de uno de los ocho pisos disponibles, defenderá en el pleno municipal convocado para el próximo lunes una moción que emplaza al Instituto Galego da Vivenda e Solo (IGVS) a velar más por el mantenimiento de la edificación.
La iniciativa para la que los nacionalistas piden el apoyo de la corporación insta a la administración autonómica a acometer de forma urgente las obras de mantenimiento necesarias para resolver «as deficiencias estruturais e funcionais que afectan ao edificio do antigo hotel Comercio». Estos trabajos de conservación, según indica, deberían llevarse a cabo de forma regular para evitar que se acumulen los desperfectos «e mellorar a calidade de vida dos inquilinos».
Concejal y antiguo inquilino
Luaces sufrió como inquilino algunos de los problemas que denuncia en la moción y dice tener constancia de «queixas frecuentes por parte da actual comunidade de veciños». Aunque el IGVS toma nota de estas reclamaciones, el proceso de resolución se dilata y muchas veces son los residentes los que pagan arreglos que, a juicio del BNG, deberían ser costeados por la administración autonómica como titular de las viviendas ubicadas en la plaza Doctor Goyanes.
Fue el Ayuntamiento de Monforte el que barajó en un primer momento adquirir el antiguo hotel para su restauración con el mismo fin al que lo destinaría posteriormente la Xunta. La compra con cargo al presupuesto municipal se descartó definitivamente en octubre del 2005. El edificio valía 180.000 euros y el coste de la restauración se cifraba en millón y medio. Demasiado dinero para tan pocos pisos, según el diagnóstico del gobierno local de entonces.
La Xunta cerró en enero del 2006 la compra del inmueble por los 180.000 euros que los propietarios habían pedido al Ayuntamiento. Las obras, sin embargo, no se licitaron hasta abril del 2008. A comienzos de julio de ese año se formalizaba el contrato con Tuconsa, la empresa adjudicataria, que inició los trabajos dos meses después. En diciembre del 2010 se dieron por acabados, pero hubo que esperar a octubre del año siguiente para la entrega de las viviendas a menores de 35 años que justificasen no exceder determinado nivel de ingresos. En aquel primer concurso, seis quedaron vacantes por falta de solicitudes.
En la actualidad son seis las viviendas que están ocupadas y las dos restantes se van a adjudicar próximamente. Los propietarios pagan el alquiler de los pisos, el IBI y un seguro. Aunque hay contadores individuales, el pago de la calefacción es conjunto y si hay algún moroso son los demás integrantes de la comunidad los que cubren la diferencia. Esta es una de las cuestiones, además de los problemas de conservación, que los inquilinos querrían resolver.
Materiales de baja calidad
El BNG aboga por una comunicación más fluida entre los vecinos y la administración autonómica para hacer frente a los problemas de todo tipo a los que se enfrentan los inquilinos. Los desperfectos existentes, señala Luaces, tienen que ver con el paso del tiempo y también con «deficiencias sen resolver que deixaron as obras iniciais debido aos materias de baixa calidade, aos que se suman anos de escaso ou nulo mantemento».