Un anciano de Pobra do Brollón fabricaba tres pares de estos instrumentos de percusión cada día
03 nov 2000 . Actualizado a las 06:00 h.La artesanía se le da bien a Rodrigo Rivera, un hombre que nació hace 92 años en la aldea de A Veneira de Roques. En este pueblo, donde sigue viviendo, y en todo el municipio de Pobra do Brollón era conocido por su habilidad en todo tipo de trabajos manuales. La fabricación de castañuelas fue su especialidad más conocida. En su mejor época elaboraba hasta tres pares diarios. Rodrigo Rivera recuerda con buen humor los tiempos en los que apenas había cumplido los veinte años, cuando sacaba buen partido a su habilidad con la madera. «Nas festas tocaba as castañuelas e bailaba ó ritmo da música das orquestas». Este veterano artesano no se recata en admitir que su entusiasmo en las verbenas le facilitaba un notable éxito con las mujeres. «Tiña moitas amigas e a todas as quería, e elas tamén me querían moito». recuerda. Para su afición disponía de mucho tiempo, el que le daban las horas que dedicaba al pastoreo de ganado, y de toda su imaginación. Herramientas, apenas. «Ferramentas había poucas», recuerda Rodrigo Rivera. Le bastaba con una navaja y una escofina para dar forma y hacer los dibujos, una gubia para rebajar el interior de los cuencos, un cristal y, con suerte, una lija para pulirlas. En tres horas era capaz de tener listo un par de este pequeño instrumento de percusión. Algunas de las que hoy todavía conserva en su casa requirieron más tiempo. Algo más de un día dedicó hace sesenta años a unas castañuelas hechas en madera de cerezo con un repujado artístico elaborado con la única ayuda de una navaja. En otra época alternó su afición con todo tipo de oficios tradicionales, desde la elaboración de zuecos a la herrería, pero la edad le ha obligado a bajar el ritmo. Hoy ya hace diez años que dejó de fabricar castañuelas. En cualquier caso, está dispuestos a poner manos a la obra si alguien se lo pide.