La antigua explotación, cuya ubicación exacta se desconocía hasta ahora, será aprovechada como recurso turístico y educativo
21 abr 2022 . Actualizado a las 22:43 h.En el municipio de Folgoso do Courel fue redescubierta recientemente una mina de hierro que según todos los indicios data de la época romana. La antigua explotación se encuentra entre las localidades de Sobredo y Mercurín, y aunque los vecinos recordaban su existencia, nadie sabía con exactitud dónde se encontraba. Quien la localizó fue Orlando Gregorio Álvarez —licenciado en biología y experto en el patrimonio de la sierra—, que la buscó por la zona donde se supone que debía hallarse. «Espero que o xeoparque Montañas do Courel a catalogue entre os seus lugares de interese», dice. La zona donde se encuentra la mina es conocida como A Granxa, debido a que hace siglos existió en ella una granja dependiente del monasterio de Samos.
La explotación consiste en una galería principal y tres ramales secundarios, con una longitud total de unos trescientos metros. Los túneles son notablemente estrechos y en sus paredes fueron practicadas varias cavidades que debieron de servir para instalar lámparas. Estos huecos, conocidos como lucernarios, son habituales en las minas romanas.
Una ruta en preparación
La antigua mina será aprovechada en breve como recurso turístico y educativo, ya la que la empresa especializada Coureleando está preparando una ruta que incluirá visitas a este paraje. «É ideal para visitas escolares porque o seu interior está seco e pódese percorrer sen problemas, e tamén é fácil chegar a ela, aínda que para iso hai que saber con precisión onde está», explica Guillermo Díaz Aira, uno de los responsables de la firma.
Por otra parte, la mina está a unos 1.300 metros de distancia del castro de Sobredo, uno de los principales puntos de interés turístico de la sierra de O Courel, que también formará parte de la ruta. El antiguo asentamiento está relacionado con las explotaciones mineras romanas. «Na mesma zona hai tamén formacións de rocha calcaria e conxuntos de fósiles, polo que a ruta tamén terá moito interese desde o punto de vista xeolóxico e non só desde o da arqueoloxía», señala Díaz.
En los alrededores hay también otras minas de hierro abandonados, pero de menor antigüedad, ya que estas datan de la Edad Media. En la ladera opuesta del monte donde se halla la mina existió otra explotación minera —llamada de Paradela—, que abasteció de hierro a la antigua ferrería de Ferreirós de Abaixo.
Escenario de un antiguo crimen que dejó una huella duradera en la tradición oral local
Aunque la ubicación exacta de la mina de A Granxa estaba olvidada, el lugar dejó una huella duradera en la tradición oral local por haber sido el escenario de un crimen cometido en una fecha imprecisa. «Parece que sucedeu a principios do século pasado», dice Álvarez. Según recuerdan los vecinos, en el túnel principal de la antigua explotación minera —que al parecer ya era por entonces un lugar muy poco frecuentado— fue ocultado el cadáver de un hombre que murió asesinado a consecuencia de una disputa por una herencia.
De acuerdo con algunos testimonios, los autores del homicidio trasladaron más tarde el cuerpo a otra mina abandonada de las cercanías, después de que un perro arrastrase al exterior una pierna desprendida del cadáver. Según otros, el cuerpo no fue removido en ningún momento y los restos permanecieron en el mismo lugar hasta mucho tiempo después. «Tamén hai quen di que os asasinos foron detidos e que chegaron a pasar algúns días presos, pero que despois foron liberados e absoltos porque conseguiron que un médico certificase que a morte do home se debera a causas naturais», apunta Guillermo Díaz. «Hai varias versións sobre este suceso, pero parece que ningunha delas pode confirmarse», agrega.