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¿Qué hacían los romanos en el asentamiento del monte Cido?

Francisco Albo
francisco albo QUIROGA / LA VOZ

FOLGOSO DO COUREL

Restos de antiguas construcciones desenterradas en el monte Cido a vista de dron
Restos de antiguas construcciones desenterradas en el monte Cido a vista de dron CEDIDA

El yacimiento arqueológico de O Courel, que será excavado este año por tercera vez, está relacionado con las antiguas minas de oro de la sierra y con un paso estratégico hacia el valle del Bierzo

13 jul 2023 . Actualizado a las 08:14 h.

El asentamiento militar romano descubierto hace dos años en el monte Cido —en el municipio de Folgoso do Courel— será objeto este año de una nueva campaña de excavaciones arqueológicas, en la que se intentará aclarar una serie de cuestiones que todavía resultan dudosas para los investigadores. La nueva intervención, que será la tercera en este yacimiento, se llevará a cabo probablemente entre los meses de agosto y septiembre, aunque las fechas aún están por decidir. Al igual que las dos anteriores, esta campaña será financiada por la Consellería de Cultura. Las excavaciones será codirigidas por los arqueólogos Brais Currás y Luis Francisco López, que fueron también los responsables de las otras intervenciones.

En las investigaciones realizadas hasta ahora se han podido documentar en este asentamiento dos ocupaciones que se produjeron en diferentes momentos históricos. La primera de ellas, en el siglo I, es decir, en el denominado período altoimperial. La segunda, en una época mucho más tardía, entre los siglos III y IV. «Pensamos que probablemente non houbo unha continuidade e que o asentamento estivo abandonado durante un tempo entre unha ocupación e outra», apunta Brais Currás.

En su primera época, según la hipótesis que manejan los arqueólogos, el asentamiento debió tener una función de defensa y vigilancia de las minas de oro de Torubio y A Toca. La primera de ellas se encuentra muy cerca del monte Cido y la segunda está algo más alejada, pero también se halla en las cercanías.

Tabla de hospitalidad

De ese mismo período histórico data la llamada tabla de hospitalidad O Courel, una placa de bronce con una inscripción en latín que se conserva en el Museo Provincial de Lugo. Los investigadores recogieron un testimonio de un vecino que en 1959 presenció el hallazgo de la pieza en este lugar. En las excavaciones, además, se desenterraron fragmentos de cerámica romana típica del siglo I. «Tamén fixemos datacións por carbono 14 que nos mostran que o asentamento estivo ocupado nesa época», apunta Currás.

Restos de construcciones, piezas de cerámica, escorias de hierro y también huesos de animales

Los arqueólogos que estudian el yacimiento del monte Cido no tienen duda de que el asentamiento fue edificado originalmente en la época romana y que no se levantó sobre una construcción más antigua. «Non encontramos ningún indicio dunha ocupación prerromana, nin na arquitectura, nin no emprazamento, nin na morfoloxía nin na cultura material», explica a este respecto Brais Currás.

Además de los restos de antiguas construcciones y las muestras de cerámica romana, en las excavaciones realizadas hasta ahora se encontraron escorias de hierro que están siendo estudiadas y que indican la existencia de algún tipo de actividad metalúrgica. En lugar también aparecieron huesos de animales que según todos los indicios fueron consumidos por sus habitantes y que se analizan con el fin de obtener datos acerca de su dieta.

Relación con el entorno

Por otra parte, los arqueólogos insisten en que el yacimiento del monte Cido no se está investigando de forma aislada y que uno de los objetivos básicos de este proyecto consiste en ponerlo en relación con otros antiguos asentamientos de la sierra de O Courel y con las explotaciones mineras romanas. «O que pretendemos é que nos axude a comprender a evolución do territorio nun sentido amplo, desde a época altoimperial ata os últimos tempos do Imperio romano», dicen.

A este respecto, apuntan que el castro de A Torre o de Sobredo —también ocupado en la época romana— tiene una historia paralela a la del monte Cido. «Nos dous lugares pasou o mesmo, que foron ocupados primeiramente no período altoimperial, despois abandonados e máis tarde reocupados», agregan.

De la vigilancia de las minas de oro al control de un paso estratégico

En el segundo período de ocupación, según indican los arqueólogos, la fortificación del monte Cido no podía seguir cumpliendo el papel de vigilancia de las minas de Torubio y A Toca, que por entonces ya estaban agotadas y abandonadas. «Nos séculos III e IV a situación era moi diferente da que había no século I e nas novas ocupacións o asentamento tivo que servir para outra cousa diferente, que é algo que estamos tratando de determinar», explica Currás.

Un aspecto de la primera campaña de excavaciones en el yacimiento del monte Cido, que se llevó a cabo en agosto del 2021
Un aspecto de la primera campaña de excavaciones en el yacimiento del monte Cido, que se llevó a cabo en agosto del 2021

Los investigadores dicen asimismo que la ocupación tardía del monte Cido coincide con una época en la que el Imperio romano estaba cada vez más debilitado y suponen que la nueva función del asentamiento está relacionada con la situación política y social de esos tiempos. «Nese período o poder imperial ten menos peso, mentres que aumenta o poder das elites locais, que parecen impor un novo sistema de control do territorio», comentan. A su juicio, la fortificación pudo servir entonces para controlar el paso estratégico entre la sierra de O Courel y el valle del Bierzo que discurre por esta zona. El mismo papel tendría después el castillo medieval de Carbedo, que está solo a unos doscientos metros del monte Cido.