Festa da Pisa da Castaña en O Courel: en la olla de Froxán no cabe más gente

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

FOLGOSO DO COUREL

Froxán celebra la segunda Festa da Pisa sin castañas propias tras el incendio de su souto

11 dic 2023 . Actualizado a las 12:01 h.

Centenares de personas llenaron este viernes Froxán, que celebraba la edición número 23 de su Festa da Pisa da Castaña. Con su souto arrasado por el gran incendio del 2022, los organizadores han tenido que buscar las castañas fuera por segundo año consecutivo. Faltan años para que en Froxán vuelva a haber castaños suficientes para esta fiesta, pero los vecinos de este pueblo del municipio de Folgoso do Courel ya han dado los primeros pasos para conseguirlo. En los últimos meses han ido plantando cientos de castaños, nogales y cerezos en terrenos particulares cerca de este pueblo y también junto a los de Vilar y Vilamor, situados en las cercanías y también afectados por el fuego del año pasado.

Con las huellas de aquel incendio todavía visibles en los montes, centenares de personas se acercaron este viernes a Froxán para disfrutar de la fiesta, que organiza la asociación de vecinos Fonte do Milagro. Muchos eran vecinos de allí o de las parroquias próximas, pero la mayoría habían venido de otros puntos de Galicia.

Los que entraron por la carretera que viene de A Pobra do Brollón, el principal acceso a esta parte de la Serra do Courel desde la comarca de Monforte, tuvieron que esquivar los destrozos provocados en la calzada por el tránsido de vehículos pesados de las talas masivas de pinos quemados en el verano del 2022. Han pasado 18 meses y la mayoría de la madera quemada en Folgoso do Courel, A Pobra do Brollón y Quiroga ya ha sido retirada del monte, pero ese trabajo todavía no ha terminado.

La fiesta empezó a las once y media de la mañana con el encendido simbólico del único sequeiro que queda en Froxán y que este año presentaba un aspecto especialmente cuidado, tras pasar por un proceso de restauración.

Con su encendido, los vecinos recrean el ambiente habitual de las jornadas de otoño y de invierno en los tiempos en los que en Froxán llegó a haber 45 sequeiros en activo. Tras el encendido del sequeiro, empezó también la exhibición de pisado y abandoxo de las castañas, en las que empiezan los vecinos y después hacen de guías para que los visitantes que quieran puedan probar también a hacerlo.

A partir de ese momento, Froxán se fue llenando poco a poco hasta que a última hora de la mañana ya apenas quedaban sitios libres bajo la carpa principal, en la que la asociación de vecinos Fonte do Milagro sirve el menú de la fiesta, compuesto por lacón, chorizo y castañas, y un postre a base de tarta hecha también con castañas. A la una de la tarde, decenas de personas se agolpaban bajo el sequeiro para oír el pregón, que este año corrió a cargo de la cantante Rosa Cedrón.

No pueden cocer más

En la comida, los organizadores cocieron 80 kilos de castañas. Si hubiesen preparado el doble también habrían podido venderlas, pero esa posibilidad no existe. «Non podemos facer máis —explica Evaristo Méndez, el presidente de las asociación de vecinos—, simplemente porque na pota que temos non collen máis».

Los 80 kilos que cocinaron y las varias decenas más que utilizaron para las exhibiciones de pisa y abandoxo vienen básicamente del Bierzo. Los de Froxán tuvieron que comprarlas allí por segundo año consecutivo. Los incendios mermaron mucho la capacidad productiva de la Serra do Courel y también de la vecina comarca de Valdeorras, pero es que además este 2023 ha sido un mal año para la castaña en toda Galicia.

Como es habitual, los que no llegaron a tiempo para el menú de castañas pudieron elegir entre pulpo y churrasco en el puesto instalado junto a la carpa principal. Como es habitual desde hace años, se formaron grandes colas para comer y las carpas estaban repletas de gente. También se llenaron los dos prados habilitados como aparcamientos y se formaron largas filas de coches estacionados en las carreteras de acceso al pueblo.

Los vecinos saben que les haría falta más comida y más sitio para que toda la gente que los visita pudiese comer con comodidad, pero no tienen mucho margen de maniobra. El espacio para las carpa es el que es. Igual que el tamaño de la enorme olla en la que cuecen las castañas. Evaristo Méndez admite que siempre tienen la posibilidad de encargarle la comida a una empresa de cátering. «Pero xa non sería o mesmo», afirma.

Estuvo Ana Pontón

En la fiesta de este año en Froxán hubo presencia de cargos institucionales y políticos. Uno de ellos fue Ana Pontón, la portavoz nacional del BNG, que acudió a Froxán por primera vez y aprovechó para avanzar algunas de las propuesta que hará de cara a las elecciones gallegas del año que viene para recuperar actividad económica y población en el medio rural. Ana Pontón estuvo acompañada, entre otros, por el alcalde del vecino municipio de A Pobra do Brollón, José Luis Maceda, la diputada autonómica Carme Aira y la responsable comarcal del BNG para el sur de Lugo, Rosana Prieto. También estuvieron en Froxán Francisco Conde, diputado en el Congreso por el PP, y Raquel Arias, diputada autonómica por este mismo partido. Los acompañaba la alcaldesa de Folgoso do Courel, Lola Castro.

Secado, pisa y abandoxo: las tres fases del proceso que recrea esta fiesta

En la Festa da Pisa da Castaña de Froxán nadie pisa nada. En este caso, el significado de la palabra no tiene nada que ver con los pies, sino con otra acepción que se podría traducir al castellano como tunda o paliza. La pisa que da nombre a esta fiesta es una parte del método tradicional de preparado de las castañas para su consumo que se aplicaba en la Serra do Courel y en cualquier otra aldea gallega en la que hubiese soutos. Las castañas se secan previamente en un sequeiro con el humo de una hoguera durante no menos de tres semanas. Una vez hecho esto, para pelarlas las meten en un saco que es golpeado entre dos personas y de forma repetida contra un tronco o cualquier otra superficie sólida. Esa es la pisa. Para terminar el proceso, todavía hay que pasar el contenido del saco por el bandoxo, una bandeja de grandes dimensiones con la que se separa el fruto de las cáscaras. Si se maneja bien, en el bandoxo quedan las castañas y su piel seca acaba en el suelo.