«Es imposible morir del todo»

MONFORTE DE LEMOS

MARCOS MÍGUEZ

El neurocirujano monfortino opina que es solo cuestión de tiempo que los parapléjicos puedan andar

25 oct 2019 . Actualizado a las 10:16 h.

Espero a que Manuel García Fantini (Monforte de Lemos, 1963) acabe su consulta para entrevistarle. Cuando salen los pacientes, los despide con dos besos y me pregunto cuántas veces he visto una escena así. Me respondo a mí mismo: «Ninguna». Fantini, posiblemente uno de los mejores neurocirujanos gallegos, presume, sobre todo, de ser un tipo muy humano.

-Usted es de esos que no pudo elegir su profesión: médico o médico.

-Mi padre era ginecólogo y tenía una clínica en Monforte. Arriba estaba la vivienda y abajo la consulta y los quirófanos. La atravesaba al entrar y salir de casa. Viví desde siempre la medicina. Mi hermano es médico y otro que falleció también estudiaba Medicina.

-Hablemos del cerebro.

-Es el gran desconocido. De todos los órganos se conoce todo. Pero del cerebro no. Ahí está nuestra conciencia, el pensamiento, nuestra forma de ser...

-¿También está Dios?

-Si pudiéramos exprimir anatómica y fisiológicamente un cerebro encontraríamos la respuesta a casi todo. Si yo me decidí por la neurocirugía no fue para tratar una columna vertebral, sino porque creía que en el cerebro está el origen de todo. El origen del alma tal vez no se pueda hallar con un bisturí en el cerebro, pero algo hay que nos da la conciencia.

-El amor, el miedo... todo está ahí. ¿Podremos generar cualquier sensación tocando un punto del cerebro?

-Posible es. Veremos cuando. Al fin y al cabo son reacciones químicas.

-¿Es creyente?

-Sí, y orgulloso de serlo.

-¿Es compatible creer y saber al mismo tiempo que todo está en el cerebro?

-Sí, claro. Si me pide que lo explique con palabras, tal vez no sabría hacerlo. Es algo que va dentro.

-Si usted le extirpa a alguien una parte del cerebro del tamaño de un huevo, ¿sigue siendo la misma persona?

-Depende de qué parte. El lóbulo frontal y el derecho son las partes que tienen menos funcionalidades.

-Eso de que no aprovechamos más que una parte pequeña del cerebro ¿es verdad?

-Es cierto. Se conoce muy poco del cerebro. Pero se está investigando mucho. Ya somos capaces casi de mover un objeto con el cerebro.

-¡Qué me dice!

-Hay traductores que cambian la onda eléctrica de un cerebro a una orden mecánica. Es cuestión de tiempo que un parapléjico pueda caminar.

-Con un aparato mecánico.

-Sí, pero movido con el cerebro.

-¿Sigue operando en el cerebro o ya solo en la columna?

-Opero todo, pero el 90 % son patologías de la columna vertebral.

-Muy comunes.

-Todo el mundo tiene un amigo o un familiar afectado. Vida sedentaria, estrés, mal sentados, mal acostados... Hace falta más higiene postural.

-Es usted uno de los cirujanos más reputados...

-He tratado a muchas personas y creo que siempre con humanidad. Al final nos encariñamos con muchos pacientes porque verlos sufrir es fastidiado para nosotros.

-Usted dejó la Seguridad Social.

-Trabajaba muchísimo, en la pública y en la privada. Cuando tienes niños pequeños creo que es el momento de decidir. Yo no veía a mis hijos, así que dejé la pública.

-¿Alguna vez piensa en la muerte?

-Todos los días. Pienso en cómo va a ser y con quién me voy a encontrar. Desde pequeñito. Pensaba que es imposible que una persona muera.

-¿Sigue pensando lo mismo?

-Sí, podrá morir el cuerpo físico, pero hay algo que no muere. Estoy convencido. Es imposible morir del todo.

-Es una persona de convicciones fuertes.

-Sí, lo soy.

-Aligeremos la charla: ¿Celta o Dépor?

-Dépor.

-¿Sabe perder el tiempo?

-No. Ojalá el día tuviera 36 horas. Las manecillas deberían dar tres vueltas al reloj cada día y no dos.

-¿Tiene aficiones?

-Un día a la semana toco el acordeón durante una hora.

-Pues con esos dedos que tiene deberá ser un acordeonista magnífico.

-Soy un alumno poco aplicado. Debería practicar una hora diaria.

-Si no hubiera sido médico, habría sido...

-Médico otra vez. Y si volviera a nacer sería neurocirujano de nuevo.

-De videojuegos, nada.

-De pequeño. Soy de la generación del Spectrum, pero no me llama eso. Disfruto más viendo jugar a mis hijos.

-¿Tiene algún lugar favorito?

-Me gusta mucho ir a Córdoba, de donde era mi madre.

-¿Le gusta bailar?

-Nada. Me hace sentir incomodísimo. No he nacido ni para cantar ni para bailar.

-Defínase en pocas palabras.

-Honrado, humano, creo que buen padre y creo que buen hijo.

-Una canción.

-Streets of Philadelphia, de Bruce Springsteen.

-¿Qué es lo más importante en la vida?

-No hacer daño a nadie. Es la base de todo.