Monforte dice adiós a un edificio histórico de la industria del cuero
MONFORTE DE LEMOS
La antigua fábrica de curtidos se suma a los derribos por la nueva urbanización
28 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.La antigua fábrica de curtidos situada en la margen de la ribera del Cabe contraria al Colegio del Cardenal engrosará muy pronto la nómina de edificaciones singulares que desaparecen del paisaje urbano de Monforte. A primera hora de la mañana de ayer comenzaron las tareas de derribo del edificio, afectado por la urbanización de 21.000 metros cuadrados sin uso en ese lado del río. Inaugurada en 1928, en pleno apogeo de la industria local del calzado, la fábrica perteneció a la familia Conde hasta 1944. Ese año pasó a manos del industrial Guillermo Regojo Beloso, que la vendería en 1962 a José López Rodríguez, conocido en Monforte por el apelativo de Músico, cuyos hijos la regentaron hasta entrada la década de los noventa. En el 2003, los propietarios plantearon al Ayuntamiento su adquisición con vistas a la apertura de un museo.
Un proyecto similar prosperó en 1995 en la localidad ourensana de Allariz, con la restauración de la fábrica de curtidos de la familia Nogueiras como Museo do Coiro. En Monforte, sin embargo, la idea no llegó a cuajar. «Fue una pena, pero el alcalde de entonces dijo que no había dinero. Los curtidos tienen gran tradición en Monforte y en la fábrica había maquinaria que no encuentras en ningún otro sitio en Galicia», señala Dolores López Rodríguez. Sus hermanos, Luis y José Manuel, ambos fallecidos, se hicieron cargo de las instalaciones después de que las comprase su padre.
Músico de afición
José López Rodríguez fue músico de la banda de la parroquia de As Nocedas y presidió en su última etapa la asociación de la que dependía la desaparecida Banda de Música de Monforte, fundada en 1880. «Era una afición que costaba dinero y cuando la dejó se acabó la banda», rememora su hija. Los ingresos familiares procedían de la fábrica Calzados Músico, ubicada en la calle Doctor Teijeiro, cerca de la plaza de Os Chaos, que contaba con más de cuarenta empleados antes de que se decidiese a comprar las instalaciones que ahora están siendo demolidas.
«La mujer de Regojo tenía problemas de salud y los médicos le dijeron que debía mudarse a un lugar con un clima más seco. Querían marcharse de Monforte y surgió la oportunidad para que la comprase mi padre», señala Dolores López. Su hermano Luis se hizo cargo de la fábrica de curtidos, ampliada luego con otra de calzado —en una nueva construcción que da a la calle Cobas— que gestionaba José Manuel López. Estas últimas instalaciones funcionaron hasta bien entrada la década de los noventa. Tras su cierre, la propiedad paso a manos de la promotora Construcciones Sánchez, incluida la vivienda anexa a la fábrica de curtidos que ocupó en su día la familia de Luis López.
El primer propietario fue José Conde Conde, originario de la localidad ourensana de Allariz. La Asociación Galega do Patrimonio Industrial repara en la historia de la fábrica de curtidos monfortina en su página web, en la que detalla que Conde tributó por esta actividad desde el año 1928. Con posterioridad, y antes de su compra por parte de Guillermo Regojo, fue administrada por José Conde Fidalgo. La familia Conde aún es hoy propietaria de los terrenos limítrofes que se extienden hasta la guardería municipal.
La fábrica de curtidos dejó de funcionar en el año 1965, cuando esta industria estaba en completo declive. «Na década dos trinta, Monforte foi o líder provincial durante seis ou sete anos, debido seguramente á súa importante tradición zapateira», explica el historiador chantadino Claudio Otero, autor de una tesis doctoral sobre las fábricas de curtidos en Galicia. Esta actividad artesanal, circunscrita tradicionalmente al mundo rural, comienza a industrializarse en Monforte a finales del siglo XIX por la demanda que generan las fábricas de calzado que ponen en marcha retornados de Cuba, según recoge en sus trabajos el investigador local Felipe Aira.
Distribución de tareas
El edificio que está siendo derribado, de bajo y una altura, consta de tres naves longitudinales contiguas, con una superficie de planta de unos cuatrocientos metros cuadrados. La fábrica de la construcción es de ladrillo y las cubiertas de teja y a tres aguas. «Na planta baixa tiñan lugar as tarefas de ribeira e de curtido, coas oficinas da empresa na nave situada ao norte. No andar baixo cuberta atopábase o secadoiro, e desenvolvíase o remate das pezas. Das vigas do tellado penduraban uns carrís nos que os coiros deles colgados podían desprazarse para facilitar o traballo», detalla el estudio que le dedica la Asociación Galega do Patrimonio Industrial. La maquinaria, al parecer, fue sustraída hace años aprovechando el abandono de la edificación. Los trabajos de derribo dejaron ayer al descubierto las viejas cubas o bombos en los que se trataba el cuero.
Una solicitud de nulidad del reparto de cargas abre el pulso legal para parar las obras
La corporación de Monforte se pronunciará el próximo lunes sobre una solicitud de revisión del acuerdo de del 2005 por el que se modificó el sistema de actuación en la zona C de las normas de planeamiento. La intervención urbanística que se puso en marcha la pasada semana, para dar salida a la calle Rof Codina y hacer edificable el entorno de la guardería, fue aprobada en el año 2000. En un primer momento iba a desarrollarse mediante la fórmula de cooperación, que convertía a los propietarios de terrenos en potenciales promotores. Pero las obras no salían adelante y en el 2005 se cambió ese sistema por el de compensación.
El Ayuntamiento puede promover ahora directamente la obra y repartir cargas y beneficios —en forma de suelo urbanizable— entre los titulares de las parcelas. La petición de nulidad de ese acuerdo, que no se hizo efectivo hasta la llegada del actual gobierno municipal, está suscrita por Francisco Conde Conde —propietario de la mayor de las fincas afectadas— y otros afectados. En su escrito, advierten de que la publicación de un acuerdo adoptado «de forma subrepticia» quince años atrás «atenta frontalmente contra el principio de seguridad jurídica y el principio de legalidad».
El equipo de gobierno, según pudo saber este diario, planteará en el pleno del lunes la denegación de esta solicitud. El rechazo de la solicitud de nulidad se basa en que el acuerdo adoptado en el 2005 sobre el sistema de compensación adquirió firmeza jurídica al no ser alegado por los interesados en tiempo y forma. Los propietarios disconformes, por el contrario, creen que se vulneró la legalidad.