Monforte recuerda al gran conde de Lemos a los 400 años de su muerte
MONFORTE DE LEMOS
Un congreso dedicado al célebre personaje reúne esta semana a especialistas españoles e italianos
19 oct 2022 . Actualizado a las 20:40 h.Esta semana se cumple el 400 aniversario de la muerte del séptimo conde de Lemos, Pedro Fernández de Castro, fallecido en Madrid el 19 de octubre de 1622. Con motivo de esta efeméride, Monforte acoge un congreso internacional dedicado al célebre personaje, en el que participan especialistas españoles e italianos. El simposio —que empezó este miércoles y se desarrollará hasta el viernes— está organizado por el aula local de la UNED y coordinado por la historia monfortina Manuela Sáez.
La apertura del congreso —que se celebra en la Casa de Cultura— contó con la presencia del alcalde José Tomé, quien señaló que «o carácter monumental de Monforte e a súa importancia na historia de Galicia non terían acadado a mesma importancia sen a súa figura», refiriéndose al séptimo conde. La primera conferencia del simposio corrió a cargo de José Manuel Cruz Valdovinos, catedrático emérito de historia del arte de la Universidad Complutense de Madrid, que centró su intervención en la almoneda o subasta de los bienes que la familia de Pedro Fernández de Castro organizó al año siguiente de su muerte para hacer frente a importantes deudas. Esta circunstancia hizo que una gran parte de la valiosa colección artística del conde se dispersase por muchos lugares.
Según explicó Cruz, en la almoneda se pusieron a la venta obras artísticas de todo tipo —excepto de arte religioso—, piezas de platería, tapices, colgaduras, muebles, relojes y múltiples objetos suntuarios. El conferenciante señaló que los compradores de estos bienes no solo fueron españoles, sino también de otras nacionalidades, como ingleses, alemanes flamencos o genoveses. Entre ellos hubo nobles, altos cargos eclesiásticos, mercaderes y banqueros. Algunos bienes fueron adquiridos por representantes de los Fugger —conocidos como Fúcar en España—, una familia de poderosos banqueros alemanes. «En la lista de compradores hay muy pocos oficios artísticos o personalidades que hoy llamaríamos intelectuales», apuntó el historiador, precisando que en esa época era muy raro que representantes de tales profesiones participasen en subastas de este tipo.
Una poco conocida etapa como responsable de las colonias americanas
La coordinadora del simposio, Manuela Sáez —que publicará próximamente una extensa biografía del séptimo conde de Lemos— dedicó su conferencia a la labor que se desarrolló Pedro Fernández de Castro como presidente del Consejo de Indias, un cargo que sería equivalente al de un ministro de las colonias. El conde ocupó esta posición entre 1603 y 1609, antes de ser nombrado virrey de Nápoles. «Se ha hablado mucho de sus relaciones con el mundo de la literatura, las artes plásticas o las ciencias, pero no se le ha prestado mucha atención a esta parte de su vida, que es también muy importante», dijo Sáez.
Según la historiadora monfortina, durante este período, Pedro Fernández de Castro se distinguió por su preocupación por mejorar las condiciones de vida de los indígenas de las colonias españolas en América. «En los años que presidió el Consejo de Indias, en este organismo se aprobaron más de 425 reales cédulas y órdenes, y muchas de ellas tienen relación con la protección de los indígenas frente a los abusos», explicó.
Manuela Sáez señaló además que durante su mandato el conde ordenó realizar unos extensos cuestionarios dirigidos a las autoridades coloniales con el fin de recabar todo tipo de informaciones sobre las posesiones españolas. «Gracias a él se reunió una enorme cantidad de datos de todo tipo que ahora tienen un gran valor histórico», afirmó. Los informes realizados por iniciativa de Pedro Fernández de Castro abarcan aspectos como la geografía, la demografía, los recursos económicos o las peculiaridades lingüísticas de los territorios americanos.
Un valioso legado artístico en Italia y en su tierra natal
El programa de la primera jornada del congreso comprendió dos ponencias a cargo de Encarnación Sánchez García, catedrática de literatura española de la universidad napolitana L'Orientale y Diana Carrió Invernizzi, profesora de historia del arte de la Edad Moderna de la UNED. La primera de ellas abordó el legado artístico que dejó el séptimo conde de Lemos durante su mandato como virrey de Nápoles y en especial un conjunto de frescos que se conserva en una sala del Palacio Real de esta ciudad. Las pinturas, según explicó, fueron realizadas por Giovanni Battista Caracciolo, un discípulo de Caravaggio, y están dedicadas a las campañas bélicas dirigidas en Italia por Gonzalo Fernández de Córdoba, conocido como el Gran Capitán.
La ponencia de Diana Carrió, por su parte, se centró en el «mecenazgo conventual» del conde de Lemos, es decir, la fundación del convento monfortino de Santa Clara, al que Fernández de Castro legó la colección artística que hoy se exhibe en el Museo de Arte Sacro. La historiadora comparó este caso con el de otras importantes fundaciones monásticas promovidas o favorecidas por otros antiguos virreyes de Nápoles.