Los hijos monfortinos del histórico político Francisco Largo Caballero

Dos descendientes del dirigente del PSOE vivieron en esta localidad, uno como ferroviario y otro por un destierro forzoso
Si nombramos Francisco Largo Caballero, quien más quien menos sabrá de quién hablamos. Pero si decimos que dos de sus hijos tuvieron pasado monfortino, la inmensa mayoría de los vecinos de esta localidad se verán sorprendidos aunque que conozcan detalles de la vida del dirigente socialista. Este histórico personaje español del siglo XX se casó en dos ocasiones. Del primer matrimonio, con Isabel Álvarez Fernández, nació un hijo de nombre Ricardo Largo Álvarez. Largo Caballero no tuvo especial relación con él a partir de su niñez. Poco se conoce de su primera mujer y de ese hijo del primer matrimonio, ya que Largo Caballero no solía hablar de ellos. Todavía es menos conocido que Isabel, la que llegaría a ser su esposa, y Ricardo, el único hijo de su primer matrimonio que sobrevivió fueron vecinos de Monforte durante décadas, lo mismo que Francisco Largo Calvo, uno de los hijos del segundo matrimonio del político.
Ricardo Largo Álvarez nace en 1891, un año después de casarse sus padres. Ferroviario de profesión, es trasladado a la estación de ferrocarril de Monforte de Lemos. A comienzos de los años veinte se casa con Antonia Rodríguez Álvarez, de cuyo matrimonio nacen varios hijos. Pero solo Manuel sobrevive. Dos fallecen siendo niños. Ricardo y su esposa se trasladarían tiempo después a Barcelona, donde falleció hace años. Un repaso a las hemerotecas nos aporta noticias varias de la familia de Ricardo y Antonia en los años previos a la guerra civil. «Salió para Madrid el competente empleado ferroviario don Ricardo Largo Álvarez, acompañado de su esposa e hijo», señala una reseña en La Voz de Galicia publicada el 21 de mayo de 1933.
Ricardo sufre un accidente en el año 1945 del que se hace eco la prensa de la época. «Cuando trataba de tomar el tren en la estación de Curtis, el vecino de Monforte don Ricardo Largo Álvarez, de 54 años, tropezó con unos bultos colocados en el andén y se produjo la fractura de la rótula derecha. Por el agente de policía de servicio en el convoy fue conducido el lesionado a la casa de socorro del hospital, donde se le prestó asistencia, pasando a ocupar una cama de dicho establecimiento», recoge una reseña. En Monforte coincidió con otro hijo de Largo Caballero durante varios años en la década de los cuarenta. Nos referimos a su hermanastro Francisco Largo Calvo. Por lo que hemos podido comprobar, ambos, mantuvieron una buena relación.
El segundo matrimonio
Francisco Largo Calvo era hijo de Francisco Largo Caballero y de su segunda esposa, Concepción Calvo. Con 16 años se afilia a las Juventudes Socialistas. A los veinte participó activamente en la huelga general del 1934, junto a su padre. Fue detenido el 21 de octubre de ese año y trasladado a la cárcel Modelo de Madrid. En ese momento estaba estudiando Ingeniería Industrial. En julio de 1935, año de la muerte de su madre, sale de prisión. Realizara el servicio militar en el reemplazo de julio del año 1936, en el regimiento de Transmisiones del Pardo. Con fecha de 21 de julio resulta de nuevo detenido, esta vez al sublevarse dicho acuartelamiento con motivo del levantamiento militar contra la segunda República. A Largo Calvo lo trasladan a la Granja de San Ildefonso, de donde pasa el mismo día a la Academia de Artillería de Segovia. En octubre del 36 un grupo de falangistas encabezado por varios capitanes lo trasladan a Sevilla, en concreto, al Cuartel General de Falange en Andalucía. Las órdenes que habían recibido eran taxativas: «tenía que llegar vivo sí o sí».

El interés por salvaguardar la integridad de ese hijo de Largo Caballero se debía a la posibilidad de canjearlo por José Antonio Primo de Rivera, preso en Alicante. De hecho, en alguna ocasión así se lo hicieron saber al propio Francisco. Mauricio Carla Villa, inspector de policía de la Dirección General de Seguridad de Madrid, le comenta que estaba en calidad de rehén y que su vida dependía de la de Primo de Rivera. José Antonio fue fusilado en noviembre de 1936, aunque parece ser que en la zona falangista su muerte no trascendió hasta meses después.
Francisco Largo Calvo, jugador de ajedrez y tertuliano del café-bar Eulogio
El fracaso del intento de utilizar a Largo Calvo como moneda de cambio parece que le valió un castigo severo. En el cuartel general de Falange en Andalucía estuvo hasta febrero de 1937, cuando es trasladado a la prisión provincial de Sevilla. Allí lo mantuvieron aislado hasta mediados de 1938. Ya en régimen normal en la prisión sevillana, estuvo así cinco años más. Seguía con vida por su valor como rehén, con vistas a un posible canje. De estar bajo custodia de Queipo de Llano, como había sucedido en un primer momento, pasó a la de Serrano Suñer, ministro de la Gobernación, hasta su liberación en el año 1943, cuando comienza la etapa monfortina de Francisco Largo Calvo.
En libertad condicionada, eligió para su exilio forzoso la ciudad de Monforte de Lemos, donde estaba destinado y trabajando, establecido con su familia, su hermanastro Ricardo Largo Álvarez. Nuria Franco Fernández, integrante de la Fundación Francisco Largo Caballero y amiga personal de Sonia Largo Valcarce, confirma que la presencia de su hermanastro fue determinante para que Francisco eligiese Monforte para su retiro obligado. Aquí lo volvieron a ingresar en la desaparecida cárcel de A Pinguela durante tres meses, sin que se sepa con certeza el motivo. Las autoridades de la época creían que prestaba colaboración a los maquis de la zona.
Presentarse en el cuartel
Francisco Largo Calvo vivió en Monforte su período de destierro político de Madrid. Tenía la prohibición de ausentarse de la capitalidad de las tierras de Lemos y debía presentarse todas las semanas en el cuartel de la Guardia Civil. El propio Francisco afirma en algunas crónicas que estaba realmente solo porque los de derechas lo odiaban y los de izquierdas tenían precaución y recelo de establecer amistad con él por ser quién era y por las posibles consecuencias. Por medio de testimonios de vecinos de aquella época de los años cuarenta, sabemos que tenía dos lugares de referencia para pasar sus momentos de esparcimiento, los café-bares Eulogio y Lemos, ambos en la calle Cardenal, que junto con el Mezquita fueron los primeros en tener terrazas fuera de sus locales.

El café bar Eulogio era toda una institución en la sociedad local monfortina. Estuvo regentado por una familia de afamados confiteros y pasteleros. En el propio establecimiento se podían degustar los dulces y mantecadas monfortinas salidas de los hornos de la familia De la Fuente. Otra confitería famosa de esta misma familia estaba en la calle del Comercio. Eulogio de la Fuente López, casado con Dolores Pérez Meira, era dueño del negocio de la calle del Cardenal, que luego pasaría a su hijo Eulogio de la Fuente Pérez. Eran conocidos con el apodo de «los Mermeladas», en clara alusión a sus reposterías. El local comercial solía estar repleto de clientes tanto dentro como en las terrazas, cuando el tiempo lo permitía. Al fondo del local, cruzando un par de puertas, los clientes considerados «de la casa» podían acceder a una dependencia bautizada como «el Oeste» donde se jugaba a todo tipo de juegos de azar.
Distanciamiento aparente
Cuando no recalaba en el Eulogio, a Largo Calvo era fácil localizarlo en el café bar Lemos. El hijo del segundo matrimonio de Francisco Largo Caballero tenía especial afición al ajedrez, juego en el que dejó testimonio de haber alcanzado un buen nivel. Llama la atención que no trascendiesen detalles de su relación en Monforte con su hermanastro, aquí avecindado, el anteriormente nombrado Ricardo Largo Álvarez. Un detalle que posiblemente fuese premeditado para mantener la apariencia de un distanciamiento que no era tal.
Francisco Largo Calvo entabló amistad en Monforte con un acaudalado vecino natural de Santa María de Tuiriz, Juan Valcarce, retornado de Sudamérica y de ideas liberales. Pronto se convierte en contertulio habitual del hijo de Largo Caballero. Francisco acabaría por casarse con la hija de Juan Valcarce, María de las Mercedes Valcarce Espinosa, conocida por Maruja.
Casado con Maruja Valcarce Espinosa, hija de un emigrante retornado de Tuiriz
María de las Mercedes era hija de Juan Valcarce y Anuncia Espinosa Casanova. Otros hermanos de Maruja eran Arturo, Sara y Flora Valcarce Espinosa. Arturo ejerció como juez municipal. En los años veinte aspirara a ser nombrado juez municipal del término de Pantón. En los cincuenta fue vocal-vicepresidente segundo de la Junta Municipal del Censo. Arturo residía entre Pantón y Monforte, avecindado en esta última localidad en la hoy denominada Avenida de Galicia, por aquel entonces Avenida del Generalísimo Franco. Francisco Largo Calvo y Maruja Valcarce se casaron por lo civil, por expreso deseo del hijo de Largo Caballero.
Las personas que no se habían bautizado, como era el caso de Francisco Largo Calvo, se casaban fuera de la iglesia sin mayor obstáculo, Maruja Valcarce, por el contrario, estaba bautizada y por ello tuvo que renunciar de su religión católica para poder contraer matrimonio por lo civil. Algunos notarios locales plantearon dificultades para expedir dicha renuncia, aunque finalmente la pareja consiguió que uno realizara el papeleo necesario.
Ningún juez quería
Encontrar un juzgado dispuesto a oficiar la ceremonia fue más complicado que obtener esa renuncia. Ningún juez de Monforte se atrevía a casarlos y Francisco Largo Calvo y Maruja Valcarce tuvieron que peregrinar por otros municipios de la zona para consolidar su enlace matrimonial. Finalmente parece que fue un juez de Bóveda, aunque en alguna noticia se lee que fue de Ourense, quien tuvo a bien inscribir el matrimonio.

En Monforte, Francisco Largo Calvo es informado del estado preocupante de salud de su padre, Francisco Largo Caballero. Su hermana Carmen Largo Calvo tenía al corriente del estado de salud de su padre a los hijos que por diferentes motivos habían venido a parar a esta localidad. Tras recibir un telegrama en el que se le comunicaba el agravamiento de la situación, Francisco decide desobedecer las órdenes sobre su confinamiento y toma un tren en la estación local con destino a Vigo. Desde allí viajaría luego a Francia para poder ver a su padre antes de su fallecimiento, pero no le fue posible.
En 1946 le conceden la libertad y viaja a Madrid para conseguir trabajo. Tras unas semanas de intentos infructuosos regresa a Monforte para casarse con Maruja. Residirían en la calle Doctor Casares, donde tenía el domicilio su esposa. Tras tomar la decisión de dejar Monforte, en 1947 salen para Francia y un año después toman rumbo a México. Allí estaban sus hermanas Concepción, Carmen e Isabel Largo Calvo.
Dos agradecimientos
Las fotos sobre la familia y el sepelio del histórico dirigente socialista que ilustran este reportaje forman parte del archivo gráfico de la Fundación Francisco Largo Caballero, a la que agradecemos su colaboración por la cesión de las imágenes y la aportación de otros datos biográficos. Muy en especial a Nuria Franco Álvarez, responsable de ese archivo en la fundación y amiga personal de Sonia Largo Valcarce, la única hija de Largo Caballero, que actualmente tiene su residencia en Estados Unidos.