Marian Salgado, voz española de la niña de «El exorcista»: «Las películas de terror me dan miedo»
MONFORTE DE LEMOS

Intérprete infantil de cine fantástico, Marian Salgado es una de las protagonistas del Fancine de Lemos 2023
06 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Muchos reconocerán a Marian Salgado por su interpretación de Susan Barnes en la película La endemonidada (1975), pero no solo puso su cara en el cine de terror, sino porque también fue la voz de la niña de El exorcista (1973). Estos días es la estrella del Festival de Cine Fantástico y de Terror de Monforte, el Fancine de Lemos. Ayer, día 5 de julio, se le entregó un premio honorífico. Esta intérprete y actriz de doblaje estará durante todo el festival, desde hoy, día 5, hasta el día 9 de julio. Marian saltó a la fama en 1972 en la serie Hora Once, emitida por la Televisión Española entre los años 1968 y 1974. Un año más tarde, Marian se presentó a un casting para ponerle voz a la niña de El Exorcista y, finalmente, fue seleccionada. Dos años después siguió con su carrera de actriz en La Endemoniada, una película de Amando de Ossorio y también intervino en El extraño amor de los vampiros (1975) y ¿Quién puede matar a un niño? (1976).
-Empecemos por el principio, ¿cómo surge la idea de presentarse a un casting para poner voz en una película de terror?
-Porque me llamaron, esas cosas surgían. Cuando tienes suerte te llaman a casa y te proponen cosas, entonces cuando se planteó que había que buscar gente para doblar El Exorcista Fernando Rey pensó en mí. Me llamaron e hice el casting.
-Al poco tiempo, hizo de Susan Barnes en la película La endemoniada, ¿se presentó a un casting también?
Igual, me llamaron. En aquel momento yo trabajaba bastante, éramos pocos los niños que estábamos haciendo cine o televisión pero yo venía de doblar El exorcista y era algo importante. La productora me llamó para hacerme un casting pero vamos, estaba yo sola allí, no sé si había más niños o no.
-La Endemoniada y El exorcista guardan ciertas similitudes, al final en esas dos películas el mal se apodera de una niña, ¿recuerda alguna crítica por aquel entonces acerca de esto?
No, por lo que acuerdo haber leído La Endemoniada era una copia de El Exorcista, que lo era, era inevitable que venía al rebufo de lo que era El Exorcista y bueno, a algunos les parecía que estaba «regulera» y a otros les parecía que estaba bien. Los fans del cine de terror, la consideran una cosa muy importante para España y sobre todo, para el cine de terror español. Yo creo que eso fue lo que más se podía oír y lo que luego ha ido opando que La Endemoniada no haya quedado en el olvido.
-En cuanto a su papel como actriz, ¿no le dio miedo rodar películas de terror?
No. Me da miedo verlas, rodarlas no. De hecho, El Exorcista no la he visto y no creo que pueda verla, La Endemoniada la he visto con un ojo abierto y otro cerrado, ¿Quién puede matar a un niño? lo vi en festival de Cornellà, en el B-Retina... Yo no veo cine de terror.
-¿Cómo era para una niña compaginar su trabajo en el teatro con rodar e ir al colegio?
Muy fácil, no iba al colegio. Me sacaron del colegio inmediatamente. A mí me pusieron a mentener a mi familia. Cuando escribí La hija del periodista, que es mi autobiografía de esa época, lo que yo cuento es lo brutal que es para un niño no tener amigos niños. Mis amigos eran actores adultos, mi vida estaba entre adultos, yo no era una niña. En algún momento alguien me dijo «eres demasiado madura», ¿cómo no voy a ser demasiado madura? Si no voy al colegio, no tengo amigos pequeños... Es muy difícil y, además, a mí me parece que está mal. Yo creo que está bien que los niños quieran ser actores, hagan papeles, interpreten... Pero eso tiene que ser lo secundario, lo primero de un niño tiene que ser: ser un niño, disfrutar de su vida y de su infancia. Yo no tengo recuerdos de mi infancia que no sean trabajar y pasar penurias porque claro, este trabajo es muy inestable.
-¿Siempre había tenido en mente que se quería dedicar a las artes escénicas?
No, para nada. Yo empecé en televisión por hambre. Mi madre y yo vivíamos solas en España, no teníamos ni para comer. Ella contactó con un director de televisión, me dieron un papel en una película y tuvimos la posibilidad de que yo ganara dinero y por lo tanto, poder comer. Lo que pasa es que a mí la interpretación me gusta, a mí me gusta vivir mil vidas, por eso leo mucho, porque es una manera de viajar y de ver muchas cosas. Pero no porque me gustara, que ¿al final acabó gustándome? Sí.
-En la película de ¿Quién puede matar a un niño? protagoniza una de las escenas más fuertes, mata a un anciano a sangre fría, ¿no le causó pesadillas en aquella época?
En absoluto, Chicho Ibáñez Serrador entre otras muchas cosas era un genio, y me trató como una adulta y una profesional y yo se lo agradecí mucho porque al contrario que en La Endemoniada, me mentían constantemente con lo que eran las escenas. Chicho no. Él desde el primer momento decidió que yo fuera esa niña y que luego no saliera ni en los planos de la playa ni en ningún otro plano. Era eso, la guadaña y la piñata, eso era lo que él quería que hiciera y me lo transmitió de una manera tan clara que me resultó tremendamente fácil.
-Las películas de terror están catalogadas para mayores de 18 años pero, ¿usted veía igualmente sus películas una vez de que salían en la gran pantalla?
En absoluto, yo no veía nada. De lo que he hecho, no veía nada. ¿Quién puede matar a un niño? la primera vez que la vi entera fue en el festival de Cornellà, en el B-Retina. La Endemoniada, entera con los dos ojos abiertos no la he visto nunca, El Exorcista no la he visto, El extraño amor de los vampiros me la regalaron para que la viera, la empecé y la tuve que quitar... No me gusta el cine de terror, bueno, no puedo decir que no me guste porque no lo veo. Yo puedo ver una película de terror y aprecio los detalles, la dirección, el guion, las interpretaciones... Lo espantoso es ir a casa luego y querer dormir, porque entonces mi cabeza empieza a funcionar y tengo unas pesadillas que ya les gustarían a muchos directores del cine de terror poder escribirlas.
-¿Hubo alguna escena en general que le diera miedo rodar?
Hubo una escena que me resultó repugnante, en La Endemoniada, que es la escena del bebé. Vomité varias veces, me costó mucho rodar aquella escena porque era impresionante la textura del látex, la tinta roja cayendo... Y yo estaba tan metida en el papel que me puse malísima, me dio mucho terror y una repugnancia infinita. Me impresionó mucho.
-¿Y alguna que le causara escalofríos verla en la pantalla?
No. Cuando empieza la música a predisponerte que la escena va a ser de miedo yo hago así (se tapa los ojos) y no quiero saber nada. Pero la escena del bebé la he visto y me parece muy fuerte.
-¿Por qué abandonó el mundo de la actuación?
Yo no lo abandoné, me abandonó él a mí. Hubiera seguido interpretando pero yo empiezo en el año 69/70 a hacer sobre todo televisión, teatro, radio, doblaje, escribo cuentos... En el 75, empiezo a hacer otro tipo de cine y en ese tipo de cine no encajo. A mí me llaman para hacer películas en una edad en la que yo tengo 12, 13, 14 años y no daba ni para los papeles de niña ni para papeles de adulta. ¿A lo mejor podía haberlo intentado más? No te digo que no pero, al final me dejaron de llamar.
-¿Descarta totalmente seguir rodando películas o volverle a poner voz a algún personaje?
No descarto nada en esta vida. Nada. Pero ni a ese nivel ni a ninguno porque con todo lo que he vivido soy muy consciente de que puedo hacer cualquier cosa pasado mañana. Acabo de rodar un corto que se llama Angustias con Aida Cordero y no lo descarto porque volver a ponerme delante de una cámara me gusta y disfruto con eso.
