Así fue la historia de la casa del Cachopo, el empresario que no se resignó a ser relojero

felipe aira

MONFORTE DE LEMOS

ALBERTO LÓPEZ

Javier Rodríguez Sánchez, destacado emprendedor en su época, da nombre a la vivienda que conserva una de las galerías más llamativas de Monforte

01 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Javier Rodríguez Sánchez, conocido popularmente por el apelativo de Cachopo, nace en el año 1867 en la calle de Ramberde. Su padre, Francisco Rodríguez Franco, recaudador de contribución en Monforte de Lemos, quiso inculcar a su hijo la profesión de maestro relojero. Con poco más de veinte años, Javier estableció una relojería en esta población. Pero no se quedó ahí. Su enorme iniciativa para los negocios motivó que fuese uno de los vecinos más activos y emprendedores de su época.

Según fue adquiriendo capital, invirtió en la compra de casas en la Carreiriña de Arriba —hoy calle Manuel Hermida Balado — y otro inmueble en la esquina con el Cardenal estrecho. Con las propiedades en sus manos, comienza a realizar las obras correspondientes. Como resultado, podemos aún hoy contemplar la soberbia galería de madera de la denominada casa que se conoce por su sobrenombre.

Las galerías de madera comenzaron a ser un elemento empleado en las casas edificadas en nuestra población a partir del siglo XIX, convirtiéndose con el paso de las décadas en construcciones en algunos casos, de gran belleza y personalidad. Todavía perviven en Monforte destacados ejemplos de esta tipología, característicos de la estética y la elegancia de calles y plazas, aunque en algunos casos tengamos que lamentar su estado de abandono. Los nietos del Cachopo mantienen el inmueble y su sobria galería de madera, que se conserva en un aceptable estado.

Javier Rodríguez Sánchez, industrial relojero establecido en la calle del Comercio y en la hoy conocida Plaza de España durante la década de los 80 del siglo XIX, continúa con este establecimiento hasta la primera década del XX, cuando lo traspasa. Regidor síndico del Ayuntamiento desde los últimos años del XIX, fue responsable de la cobranza de las contribuciones territoriales e industriales en el año 1900. Promovió una comisión para erigir una estatua al Doctor Teijeiro y fue el concejal y alcalde accidental que toma la iniciativa de la compra de los terrenos en As Gándaras para el posterior acondicionamiento en ese lugar del cementerio municipal, inaugurado en el año 1903.

La construcción de un nuevo cementerio era una necesidad latente en Monforte desde hacía décadas, toda vez que el parroquial de A Régoa, situado desde comienzos del siglo XIX en las inmediaciones del colegio del Cardenal, se había quedado pequeño. Con esta adquisición se dio el primer paso para materializar una obra tan necesaria como el nuevo camposanto de carácter municipal, que se inaugura en el año 1903.

Entre otros cometidos, Javier Rodríguez Sánchez fue presidente del Liceo Artístico y de la junta directiva de la Cámara de Comercio, en 1906. La primera central telefónica instalada en la ciudad estaba en su casa del Cardenal, en la esquina de la Carreiriña, a comienzos del siglo XX. Sus nietos Luis y Mariano Rodríguez Cedrón nos comentan que la familia tuvo el número 1 del listín telefónico, que cederían luego al Ayuntamiento pasando ellos a disponer del número 2.

Alcalde de Monforte entre enero y abril de 1910, el Cachopo tenía un negocio de sal al por mayor y era el representante para todo Galicia, de La Catalana Seguros, con oficina en la por entonces denominada Plaza de la Constitución, 23. Fue Socio protector del Seminario de Estudios Galegos, en el año 1930. Mencionar también la gestión de la empresa de transportes de viajeros o las actividades como administrador de fincas.

Un devastador incendio

Cabe recordar, igualmente, el devastador incendio ocurrido en julio de 1934 en el barrio de Ramberde. Fueron destruidos por las llamas seis inmuebles, resultando gravemente afectados otros tres. Javier fue el propietario más perjudicado por las pérdidas motivadas por aquel siniestro, que en total se elevaron a 500.000 pesetas de la época. Se dio el agravante de que de los tres inmuebles de su titularidad destruidos ninguno se encontraba asegurado.

Las actividades comerciales vinculadas con el ferrocarril fueron definitivas para que la denominación de «opulento industrial y comerciante» se convirtiese en realidad para el protagonista de este artículo, que fue dueño de la empresa de la contrata de carga y descarga de mercancías de la estación ferroviaria de la Compañía del Norte. Durante años, mi abuelo Manuel Pardo fue capataz de dicha empresa. Mi madre siempre recuerda como todavía tenía en su mente cuando Javier y «los jefes de Madrid» venían a la casa de mis abuelos.

El que más impuestos pagaba en la provincia

Nos cuenta Luis Rodríguez Cedrón que se decía de su abuelo que fue la persona que más impuestos pagó  a la Hacienda Pública en toda la provincia de Lugo hasta su fallecimiento. Entre sus amistades cabe reseñar las que tuvo con Barrié de la Maza, con la familia de Ortega y Gasset, con Calvo Sotelo o con la del Doctor Teijeiro, entre otras muchas y relevantes.

Javier Rodríguez Sánchez fallece a la edad de 88 años, en 1955. Decir que de sus dos matrimonios tuvo numerosa prole, la mayoría fallecidos a edad temprana. Nosotros solamente mencionaremos a los que llegaron a edad adulta. Su primera esposa fuera Rosa Fernández Moreiras, de la que queda viudo cuando sus hijos José y Matilde Rodríguez Fernández eran todavía menores.

José Rodríguez Fernández, cursó la carrera de Derecho en Valladolid. En la década de los veinte del siglo pasado, el por aquel entonces presidente de la Diputación de Lugo, José María Montenegro, lo convenció para que aceptase un cargo de confianza. José Rodríguez ejerció más tarde la abogacía, especialmente en Carballiño, aunque siempre tuvo muy presente sus años de juventud en Monforte.

Matilde Rodríguez Fernández nace en 1897. Hereda el inmueble sito en la calle Cardenal 23, conocido como casa teatro, donde estuvo un primitivo y pequeño teatrillo que instalara de manera temporal su tío materno, el especialista en cirugía, Emilio Fernández Moreiras, nombrado a finales de los años 20 decano de los médicos de Monforte. Fundó el Teatro Principal, donde luego se construyó el Teatro Lemos, en la actual calle Roberto Baamonde, hoy desaparecidos.

En la casa del Cardenal que hereda Matilde estuvo también la farmacia Novoa y hoy alberga la de la familia Raíces. Casada con Francisco Perea Angulo, jefe de Correos, fallecido en O Carballiño en 1957, es su hijo Javier Perea Rodríguez —que llevaba el nombre en recuerdo de su abuelo—, esposo de Pura Fernández Vila, quien hereda entre otros bienes, el mencionado inmueble que luego vende a la familia de María Madriñán.

Otra hija de Matilde y Francisco fue María Isabel Perea Rodríguez, licenciada en Derecho que se casó en 1955 con Manuel María Rodríguez Iglesias, juez de primera instancia de Noia, siendo la suya la primera boda que se celebraba en la iglesia de la Vera Cruz de O Carballiño. Matilde fallece en abril de 1994, a los 97 años, en A Coruña. Era cofrade de la Virgen de Monserrat y de los Dolores.

En segundas nupcias

Javier Rodríguez Sánchez, Cachopo, se casa en segundas nupcias con Amalia Rodríguez Costa, hija del doctor Rodríguez, médico de Escairón, matrimonio que tuvo varios hijos, llegando a edad adulta tres de ellos. Javier Rodríguez Rodríguez se casa con Francisca Marín García, hija del notario de la población, Juan Marín Valencia. Luis Rodríguez Rodríguez que contrae matrimonio con Ana María Cedrón Noguerol, siendo padres de Luis, Ana, Isabel, Rosa, Ada, Javier, Mariano y Amalia Rodríguez Cedrón.Y el tercer hijo de Javier y Amalia fue Aurita Rodríguez Rodríguez, presidenta y madrina del Orfeón Iris, casada con José González Rodríguez.