El regadío sin costes tiene los días contados en el canal Val de Lemos

MONFORTE DE LEMOS

La confederación volverá a cobrar los recibos a los propietarios y los precios por hectárea alcanzan los 300 euros
18 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La historia se repite para los agricultores titulares de fincas situadas en el área de influencia del regadío Val de Lemos. Veinte años después de que dejasen de pagar las tasas del canal, volverán a recibir en sus domicilios los recibos a los que deben hacer frente por ser beneficiarios de esa infraestructura. Y las tarifas siguen siendo tan elevadas como en el 2022, cuando una actualización de los precios por parte de la entonces denominada Confederación Hidrográfica del Sil motivó una insumisión fiscal de sus destinatarios que todavía se mantiene en la actualidad. Las cuotas que deberían abonar a fecha de hoy serían en total de 289,56 y 161,59 euros por hectárea, según los terrenos hagan uso o no del agua que tienen a su disposición en las acequias.
El hecho de que los recibos quedasen sin pagar en todos estos años no quiere decir que no se pasasen a cobro, aunque era un trámite de carácter más bien simbólico. Las cuotas por el canon y la tarifa de aplicación que aprueba para cada campaña la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil no se remitían de forma individualizada, sino de forma conjunta a la comunidad de regantes. A efectos fiscales, sin embargo, no era un sistema muy eficaz. La comunidad carece de los medios necesarios para recaudar el dinero entre los usuarios y propietarios de fincas situadas en el ámbito del regadío. Y, menos aún, de fondos para responder de los impagos.
Pero Hacienda no parece dispuesta a seguir mirando para otro lado ante una situación anómala con la que se transigió en su día para evitar un cierre definitivo del canal. «A confederación hidrográfica non ten un afán recadatorio, o que pasa é que os chaman a contas. Os propietarios pasaron de todo neste tempo. Aínda que a solución non é sinxela, tampouco os políticos se tomaron en serio o problema», señala la presidenta de la comunidad de regantes del Val de Lemos, Alicia Toirán.
De la vuelta al cobro individualizado del canon y la tarifa de aplicación se hablará en una asamblea general convocada para el domingo 2 de junio en Monforte por la comunidad de regantes. La reunión comenzará a las once de la mañana, en horario de primera convocatoria, en el salón de actos del Centro de Formación e Experimentación Agroforestal, la antigua escuela de capacitación agraria.
Una próxima asamblea
«Da xestión económica do regadío —explica Toirán— vaise facer cargo a confederación. A comunidade de regantes non pode xestionar o cobro dos recibos, non ten os medios dun concello ou dunha deputación para facer fronte a este problema. É importante que a xente veña a asemblea para ser informada desta nova situación». Los recibos individualizados no llegarán previsiblemente antes del comienzo de esta campaña de riego. Todo indica que se remitirán después de que la junta de explotación apruebe, en el segundo semestre de este año, las tasas correspondientes al siguiente ejercicio.
Para el presente ejercicio se fijó un canon de explotación de 82,75 euros, al que hay que sumar una tarifa de 78,47 euros, en las fincas susceptibles de beneficiarse de la infraestructura del regadío pero que no usan el agua. El canon y la tarifa aprobados por la confederación hidrográfica para los que riegan son de 174,72 y 114,84 euros, respectivamente.
Una obra con casi medio siglo que todavía se está amortizando
Alicia Toirán tiene claro que ni siquiera los propietarios de fincas destinadas al cultivo del maíz, en principio las de mayor rentabilidad, «dan defendido» precios de riego por hectárea que rondan los 300 euros al año. En el caso de las parcelas a prado, resulta del todo inviable. «O problema é complexo e a solución difícil, por iso é importante que a xente veña ás reunións e poida achegar ideas», dice la presidenta de la comunidad de regantes del Val de Lemos.
El canon y la tarifa que pasa a cobro la confederación hidrográfica a las fincas, utilicen o no el agua, no solo tiene que ver con los gastos de mantenimiento del canal que abastece en el municipio de O Incio el embalse de Vilasouto. Parte de su importe tiene que ver con gastos de amortización de una obra que se realizó hace casi cincuenta años y cuyas ramificaciones se extienden por los municipios de Bóveda, A Pobra do Brollón, Monforte, Sober y Pantón. El contador de la deuda quedará a cero, pero a partir de ahora se facturará a quienes la contraigan.