El mal tiempo no echó atrás a los Reyes Magos en Monforte y la cabalgata pudo completar su desfile

La Voz

MONFORTE DE LEMOS

La lluvia dio una tregua durante el recorrido de las carrozas entre la estación de tren y la casa consistorial

05 ene 2025 . Actualizado a las 21:09 h.

El mal tiempo no amilanó a los Reyes Magos en su periplo de este domingo por los municipios del sur de Lugo. La mañana fue especialmente desapacible, con lluvia y fuerte viento desde primera hora. Pero a eso del mediodía la comitiva real ya andaba en danza por Sober. Allí visitaron la cantina de la parroquia Bulso, el local social en la de Anllo y —ya en la capitalidad— la residencia de mayores. Tras repartir obsequios y hacerse las fotos de rigor, se dirigieron a la casa de cultura para realizar el tradicional reparto de regalos entre los niños.

En Sober es tradición que la visita de los Reyes sea de mañana en día 5 de enero. Es una petición expresa del alcalde, nos cuenta el propio Luis Guitián, para que los niños puedan verlos de nuevo por la tarde en su recorrido por las calles de Monforte, donde hasta última hora se mantuvo el suspense de si habría cabalgata o no. No hubo dilema en O Incio porque, en vísperas, se decidió aplazarla para este lunes.

En Monforte el alcalde, José Tomé, tenía previsto un plan B para que los Reyes Magos y su séquito de pajes pudiesen hacer en autobús, en caso necesario, el trayecto entre la estación de ferrocarril, su punto de llegada, y la casa consistorial, el lugar en el que cada año leen su discurso y reciben a los más pequeños.

No fue preciso, sin embargo, activar el plan alternativo. Y eso que poco antes de las cinco y media de la tarde, la hora prevista para la llegada de los Reyes a la estación, en Monforte llovía con fuerza y en el cielo se apreciaban en todas direcciones oscuros nubarrones.

Los pajes se acercaban a la estación protegidos por los paraguas y entre los padres cundía el pesimismo: «Tendrán que salir en autobús, no queda otra». Al abrigo de los andenes, la cosa se iba animando. La megafonía anunció la llegada de sus Majestades de Oriente por la vía 4 del segundo andén y todo el mundo se apresuró a tomar posiciones para saludarlos. La corporación en pleno, encabezada por el alcalde, los aguardaba en primera fila con la banda de gaitas municipal.

Una hora estuvieron en la estación antes de dirigirse al ayuntamiento. De un lado del edificio ferroviario les esperaban las carrozas, engalanadas para la ocasión. Del otro, un microbús y dos autocares estaban preparados para llevar a los Reyes Magos y a su séquito al consistorio si la cosa se ponía fea y se frustraba el desfile. A las seis y media en punto, hora prevista de salida, chispeaba de forma intermitente. Pero la cabalgata arrancó de todas desde una plazuela llena de gente. Hasta su llegada al campo de San Antonio, la lluvia apenas hizo acto de presencia. Para algo los Reyes son Magos.