Una pequeña parroquia de O Saviñao destaca por su singular patrimonio arqueológico
08 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.San Xoán de Vilatán es una de las parroquias más reducidas y con menos núcleos de población de O Saviñao. En contrapartida, ofrece un gran interés en cuanto a patrimonio arqueológico y arquitectura civil. Su notoriedad aumentó considerablemente desde que el arqueólogo monfortino Iván Álvarez Merayo descubrió en su territorio el dolmen de Leira Rapada, hace ahora cuatro años.
El recorrido empieza en el núcleo de Vilatán. A la entrada de la localidad está la Casa do Penedo, una vivienda de considerables dimensiones construida en piedra de granito. El portalón de entrada está adintelado por una estructura de cantería rematada en dos pináculos en ambos extremos y una cruz de piedra en su parte media. Frente a la vivienda destaca una gran aira -un espacio donde se realizaban las labores tradicionales de la malla- construida con grandes bloques de granito bien labrados.
En el centro del pueblo se halla la Casa de Fidalgo, con interesantes motivos decorativos en su fachada y tres puertas adinteladas de acceso a la vivienda. Próxima a esta vivienda está la Casa de Blanco, donde se aprecian una serie de varios grabados muy erosionados sobre las piedras laterales, a modo de marcos, de una de las ventanas de la fachada. Se desconoce el origen y el significado de estos grabados.
Hacia la iglesia de San Xoán
Del centro de la localidad parte una pista asfaltada que lleva la iglesia de San Xoán, situada a medio kilómetro. Construida en lo alto del castro de Vilatán, data del siglo XVIII y guarda en su interior una capilla mayor con arco triunfal de medio punto de finales de esa misma centuria. En cuanto al castro, se encuentra muy alterado por las labores agrícolas, pero todavía se aprecian restos de una parte del terraplén y de lo que fue su foso defensivo. Frente al templo hay un cruceiro cuyo fuste, asentado sobre un pedestal de granito, imita de forma muuy elaborada el tronco de un árbol. Remata en un capitel historiado que sirve de base a una cruz con la Dolorosa en la parte frontal y un Cristo crucificado en el lado opuesto.
Para continuar el recorrido hay que regresar Vilatán y seguir por la carretera que lleva a Felón. A unos cuatrocientos metros es necesario dejar el asfalto y desviarse a la izquierda por un camino -denominado Camiño de Vilamor- para visitar el dolmen y el castro de Leira Rapada.
Al cabo de un centenar de metros aparece un sendero a la izquierda del camino principal que lleva también al castro, situado a unos 350 metros. Seguimos por el camino principal, sin desviarnos, a través de un bosque de robles y castaños. Medio kilómetro más adelante hay una bifurcación. Seguimos por el ramal de la izquierda, a lo largo de un centenar de metros más, hasta llegar a la altura del dolmen, que se encuentra a la derecha y a una decena de metros del camino.
La estructura megalítica está formada por una piedra horizontal de 4,30 metros de largo que se apoya en otras dos verticales - llamadas ortostatos- de unos 4,50 metros de longitud, elevando el monumento a 1,80 metros del suelo. En la parte superior de la cubierta hay un conjunto de cinco petroglifos que consisten en una serie de círculos concéntricos atravesados por una línea.
A la izquierda del dolmen y a una distancia de 150 metros, se encuentra el castro de Leira Rapada. Este asentamiento es de forma circular y tiene un diámetro de unos 85 metros. Conserva parte de sus murallas y varios terraplenes, alguno de origen natural, que llegan hasta los quincemetros de altura. Se aprecian abundantes restos de lo fueron sus viviendas y murallas. En el recinto se hallaron restos de cerámica y varias piedras agujereadas de reducido tamaño, que posiblemente fueron usadas como contrapesos en antiguos telares.
DESDE ESCAIRÓN
Hay que salir de la capital del municipio por la carretera LU-617 en dirección a Chantada. En el kilómetro 4 es preciso tomar un desvío a la derecha hacia Vilatán, que está a unos cuatrocientos metros
El dolmen de Leira Rapada, hallado
en el 2014,
dio renombre
a la localidad