Entre 6 y 8 euros el kilo en el 20 cumpleaños de la fiesta de las cerezas del valle del Sil

Carlos Cortés
CArlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

RIBAS DE SIL

Cientos de personas visitaron este semana el recinto del certamen, que ahora muestra también vino y aceite, los otros dos principales productos autóctonos de Ribas de Sil

04 jun 2024 . Actualizado a las 18:06 h.

Las cerezas del valle del Sil se vendían por toneladas en trenes y camiones que salían cada final de primavera de San Clodio en dirección a los mercados de Galicia y de diferentes puntos de España. La despoblación del medio rural condenó al abandono la mayor parte de esta producción, pero el Ayuntamiento de Ribas de Sil lleva años tratando de, al menos, mantener lo que queda a través de un certamen propio. Es la Festa da Cereixa de Ribas de Sil, que en este 2024 ha cumplido 20 años, y que lleva ya un tiempo incorporando también el aceite y el vino, los otros productos autóctonos por excelencia del valle del Sil.

A las primeras ediciones de esta fiesta acudían media docena de productores con puesto propio, pero en este veinte aniversario fueron solo tres. Su número se ha ido reduciendo con el paso del tiempo, pero los que quedan venden más cerezas que cuando empezaron. Como MIguel Ángel Rodríguez, que tiene alrededor de trescientos cerezos en producción que dan cada año miles de kilos.

La cereza es una fruta delicada, así que cualquier previsión de producción es más que difícil y puede quedar anulada por cualquier imprevisto meteorológico. Los productores de cereza de Ribas de Sil dicen que la producción de este año 2024 no es de las mejores. El tiempo inestable que mandó durante la mayor parte de esta primavera echó a perder mucha flor y redujo la cosecha.

En todo caso, la fiesta de este fin de semana vendió centenares de kilos entre quienes se acercaron a San Clodio, la capitalidad del municipio de Ribas de Sil, a disfrutar del certamen. El precio: entre 12 y 16 euros los dos kilos, en función del tamaño. Junto a las cerezas, podían comprar también aceite, vino y otros productos gastronómicos y de artesanía de Ribas de Sil y del resto de la comarca de Quiroga.

El momento central de la fiesta fue ese domingo el del pregón, que en esta ocasión corrió a cargo de José Antonio Quiroga, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil. Quiroga empezó por admitir que cuando el alcalde de Ribas de Sil, Miguel Sotuela, le pidió que fuese el pregonero de este año lo primero que se le vino a la cabeza es que él no es ningún experto en cerezas. Pero enseguida recordó la emoción de sus tardes de «ir á prea con outros rapaces» en su Escairón natal y cayó en la cuenta de que la cereza es la fruta de temporada que más le gusta.

Tras repasar los atractivos turísticos de Ribas de Sil, Quiroga hizo también una referencia al proceso en marcha para tratar de que la Ribeira Sacra sea declarada patrimonio de la humanidad y apeló a facilitar «unha maior participación do tecido social, porque isto non pode ser só unha cuestión institucional».