
Alfredo Evangelista sentó cátedra en Monforte. El exboxeador realizó una exhibición en el gimnasio Neka, escenario en el que se dieron cita una veintena de jóvenes promesas, que semanalmente entrenan a las órdenes de Miqui. Entre los presentes estaba Rocky Álvarez, exboxeador lucense, con el que hizo un entrenamiento en la capital en diciembre del año 1979, y que ayer lo rememoró.
Evangelista estuvo en su salsa, como él mismo definió la tarde de ayer. «Disfruté mucho, porque vi que hay mucha afición al boxeo, y por lo que me demostraron durante la exhibición, creo que hay deportistas que tienen un futuro muy prometedor», comentó el tres veces campeón de Europa.
Su currículo y su carácter extrovertido convirtió la sesión de ayer en el gimnasio Neka -se prolongó por espacio de dos horas y media- en intensa y amena. «Me preguntaron por mis peleas con Alí y por los campeonatos de Europa. Mostraron mucho interés, y eso me enorgullece mucho», indicó.
Por lo que respecta al entrenamiento con los jóvenes boxeadores, Alfredo Evangelista les enseñó algunas facetas técnicas de esta modalidad, además de darles consejos sobre como han de prodigarse en el ring y en campeonatos de envergadura.
La jornada empezó con una visita al centro de alfarería de Gundivós, lugar en el que recibió una explicación detallada del proceso de elaboración de las piezas de barro. A las dos de la tarde comió el pulpo en la feria de Sober, acompañado por el alcalde, Luis Fernández Guitián, y el promotor de la visita, Pablo Bernedo. Fueron muchos los aficionados que se fotografiaron con él. La jornada acabó con una charla y una cena de confraternidad en el restaurante Los Goya.