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Un artista prestigioso que quiere crear un museo en Gundivós

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

SOBER

Un autorretrato del pintor y escultor Modesto Trigo, natural de la parroquia de Gundivós
Un autorretrato del pintor y escultor Modesto Trigo, natural de la parroquia de Gundivós CEDIDA

El pintor y escultor Modesto Trigo, natural de Sober, proyecta abrir un centro para mostrar sus obras sobre los oficios tradicionales

10 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El pintor y escultor soberino Modesto Trigo Trigo se dispone a instalarse en breve plazo en un estudio que está acondicionando en su parroquia natal de Gundivós y en el que tiene previsto trabajar desde ahora durante sus estancias en el municipio. También planea crear en esta localidad un museo en el que se mostrarían obras suyas y de otros artistas que quieran sumarse a la iniciativa, aunque puntualiza que «esto por ahora es un proyecto que está supeditado a las normas y las leyes vigentes, y hay que saber primero si puede ser viable». No obstante, añade que quiere «poner todo el empeño en que esto salga adelante».

El artista, que está afincado desde hace muchos años en Madrid y goza de un amplio prestigio -sus obras se han expuesto en numerosos países-, señala que el museo que pretende crear en Gundivós será «un espacio didáctico» dedicado a recuperar la memoria de los oficios tradicionales del mundo rural gallego y a reivindicar su recuperación en la sociedad actual. «Llevo mucho tiempo pintando obras sobre los oficios perdidos -explica- y creo que hay que intentar que estas actividades tradicionales se recuperen y se adapten a los tiempos actuales dentro lo posible, porque tampoco es cuestión que volvamos ahora a practicar la agricultura del siglo XIX».

El proyecto, dice asimismo Trigo, está vinculado estrechamente a las ideas del artista acerca del papel que debe tener el mundo rural en la sociedad moderna. «Cada vez está más claro que el mundo tiene buscar unas formas de vida más sostenibles y creo que no tiene sentido que se esté arrasando la Amazonia, por ejemplo, mientras en Galicia y en toda España hay cientos de pueblos que se quedan vacíos, y mientras tenemos abandonados muchísimos recursos que no se aprovechan», apunta a este respecto. «Dentro de muy poco tiempo nada va a ser como era y pienso que todos tenemos que arrimar el hombro y ayudar a desarrollar un prototipo de cultura sostenible, algo que sea viable y útil», agrega.

Desde este punto de vista, Trigo opina que es de especial interés potenciar la recuperación del medio rural y aprovechar todos los aspectos de la cultura tradicional que puedan ser útiles en la actualidad. «Hay oficios tradicionales, como la alfarería de Gundivós, la cantería y muchos otros, que han ido perdiendo con el tiempo y que creo que siguen teniendo mucho valor hoy en día, pero para que se recuperen es preciso que la gente joven se interese por ellos y también hay que buscar nuevas fórmulas para que sigan existiendo en la sociedad moderna, porque conservar estas tradiciones no quiere decir que no tengan que evolucionar», comenta.

Representar el territorio

El museo que quiere crear en Gundivós, según el pintor, ayudaría a conservar y revalorizar estas actividades tradicionales y también a elaborar «un discurso que represente a este territorio a través del arte». Si su proyecto se lleva finalmente a cabo, las salas del museo se instalarán en el espacio que ocupaban las antiguas cuadras de su casa familiar, en la que también se encuentra su estudio. Los cuadros que representan los oficios tradicionales estarán acompañados por una selección de herramientas y aperos utilizados en estas actividades. «Tenemos que estudiar bien cómo se puede llevar esto a cabo y hay un arquitecto que está trabajando en el proyecto», dice Trigo.

«Soy un defensor del concepto de la aldea global»

Al instalar un estudio en Gundivós, Modesto Trigo pretende dar un ejemplo de cómo hoy es posible trabajar en múltiples actividades desde el medio rural. «Muchas de las horas que paso en mi estudio de Madrid las puedo pasar trabajando en Sober y ahí incluso me puedo organizar mejor», dice.

 -¿Que futuro cree que pueden ofrecer hoy las pequeñas localidades?

-Con las nuevas tecnologías muchos trabajos será cada vez más digitales y se podrán hacer desde cualquier parte del mundo. En vez de tener a miles de oficinistas trabajando entre mamparas en las grandes ciudades, sería mejor poner los medios para atraer a la gente y ayudar a que se repueblen los pueblos que se están quedando vacíos. No tiene sentido permitir que las aldea se sigan vaciando y que en las parroquias de Sober y en muchos otros lugares queden ya solo unos pocos niños, o que no quede ninguno.

-¿Qué posibilidades piensa que pueden tener en ese sentido municipios como el de Sober?

-Pienso que Sober y que toda Galicia tienen muchísimas posibilidades, pero las administraciones tienen que ayudar a que esas posibilidades se aprovechen. Pueden hacerlo de muchas maneras, como fomentar la recuperación de los productos tradicionales y locales o reducir al máximo las trabas burocráticas para facilitar que se instalen nuevas empresas y nuevos vecinos. Soy un defensor del concepto de la aldea global y creo que desde las aldeas se pueden aportar soluciones para muchos problemas de la sociedad de hoy. Pero la recuperación de las aldeas se tiene que hacer con una mentalidad de cooperación y abierta al mundo, no con una mentalidad cerrada, ombliguista y provinciana.