El abuelo de la Ribeira Sacra cumple 106 años caminando dos kilómetros diarios

La Voz

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Alfonso Llano (sentado y con sombrero), al final de la comida que le organizaron este miércoles sus familiares el día de su 106 aniversario
Alfonso Llano (sentado y con sombrero), al final de la comida que le organizaron este miércoles sus familiares el día de su 106 aniversario CARLOS CORTÉS

Como en la residencia de mayores de Sober no se pueden hacer fiestas estos días, Alfonso Llano celebró esta vez su aniversario en un restaurante de Monforte

12 ene 2024 . Actualizado a las 19:21 h.

Alfonso Llano González cumplió años este 10 de enero. Es de Sober y vive en la residencia de mayores de ese municipio, pero su familia quiso organizarle una fiesta en un restaurante de Monforte. No es para menos, porque Alfonso nació en 1918, así que acaba de estrenar los 106 años. Es el hombre de más edad de la Ribeira Sacra. El hombre, porque mujeres hay dos que lo superan, una en Monforte y la otra en Sober, como él.

Esta vez Alfonso Llano no celebró su cumpleaños en la residencia de Sober, como es habitual, sino en el restaurante O Bodegón da Ribeira Sacra, en el vecino municipio de Monforte. «Estes días, nas residencias nbon se poden facer festas, polos contaxios de gripe», explica Pedro, su único hijo.

La celebración consistió en una comida a la que asistieron familiares cercanos de Alfonso y también el monfortino Germán López Quiroga, que es amigo de la familia.

Jubilado hace cerca de cuarenta años, Alfonso Llano trabajó como cartero, pero antes de emplearse en Correos fue agricultor, cantero, carpintero, cazador, zapatero y también mecánico.

Nacido en Vilabalde, una aldea de la parroquia de Figueiroá, allí vivió casi siempre hasta que en el 2008, cuando tenía 90 años, se mudó a la residencia de mayores de Sober junto con su mujer, Esperanza Álvarez Gay. Ella moriría en el 2011, pero él ha seguido viviendo en la residencia y celebrando allí cumpleaños tras cumpleaños en fiestas en la que hasta hace muy poco solía tocar el acordeón y la armónica.

Alfonso Llano, retratado en la residencia de mayores de Sober hace exactamente 12 meses, el día que cumplió 105 años
Alfonso Llano, retratado en la residencia de mayores de Sober hace exactamente 12 meses, el día que cumplió 105 años CARLOS CORTÉS

Porque Alfonso conserva una salud razonablemente buena para los años que tiene. Además de los achaques inevitables de la edad, sus mayores problemas físicos son que no oye bien y que ha perdido algo de visión. Pero por lo demás se vale perfectamente por sí mismo. Eso sí, la cabeza le funciona perfectamente.

Hasta hace solo unos años, conservaba invariable sus costumbre de caminar 5 kilómetros diarios. Hoy no llega a tanto, pero camina. Hace dos kilómetros caminando por los pasillos de la residencia, uno por la mañana y otro por la tarde. Y no perdona su sesión diaria de gimnasia.

En una entrevista publicada hace un año en este diario, Alfonso Llano recordaba como tuvo que participar en la Guerra Civil cuando lo enrolaron en el ejército con apenas 18 años y contaba que ni resultó herido ni mató a nadie. «Tiven a sorte de que nunca me tocou unha bala», contaba en una frase que resumía el resultado de sus años en la guerra, pero que también valía como metáfora de toda su larga existencia.

Ni fumar ni beber

Porque los únicos problemas de salud serios que recuerda los tuvo con 17 años. Sus padres lo llevaron al médico a Ourense, porque sufría problemas de estómago. Aquella fue la primer vez que salió de Sober y aquel fue su primer diagnóstico: gastritis y colocistitis larvada. Después, su estómago no le volvió a dar problemas serios y hasta los 105 años apenas tuvo que visitar al médico.

Su hijo Pedro explica que Alfonso nunca ha fumado y que siempre se cuidó mucho de abusar del alcohol. Desde joven tuvo también cuidado con lo que comía y nunca fue de cometer excesos en la mesa. «Sempre tivo unha vontade moi forte», asegura el hijo. 

En Sober viven ahora 9 centenarios

Alfonso Llano es uno de los residentes en el municipio de Sober que han superado el siglo de existencia. El último recuento oficial dice que en Galicia hay alrededor de una treintena de personas que tienen 105 años o más. Unos pocos de esos superveteranos viven en la Ribeira Sacra. Alfonso Llano es el hombre más longevo de los que residen en este territorio. Las dos mujeres de más edad son María Dolores González Díaz, de Sober, que el pasado 23 de mayo celebró su 109 aniversario; y Genoveva Rodríguez Otero, que el pasado 1 de enero cumplía 111 años en Monforte.