La caída de un árbol dejó sin electricidad este tramo de vía férrea. Es el incidente más grave provocado por ahora en el sur de Lugo por la borrasca Martinho, que dejó ráfagas de viento de más de 100 kilómetros por hora en O Courel y Quiroga
20 mar 2025 . Actualizado a las 16:51 h.La vía del tren entre Monforte y Ourense estuvo cortada durante horas este jueves por la mañana a causa de la caída de un árbol. Ocurrió entre las estaciones de Canaval (Sober) y Santo Estevo (Pantón) y es el incidente más grave entre los provocados en la Ribeira Sacra y el sur de Lugo por el vendaval de viento que trae la borrasca Martinho. En esta parte de Galicia, las ráfagas más fuertes superaron esta mañana los 100 kilómetros por hora en Folgoso do Courel, Quiroga y San Xoán de Río.
El corte de la vía se debió a la caída de un árbol sobre la estructura que suministra electricidad a la vía, en un punto del tramo entre Canaval y Santo Estevo. El incidente se produjo a eso de las ocho de la mañana y personal especializado del ADIF estuvo trabajando sobre el terreno hasta que a las 12.05 horas consiguieron dejar la catenaria de nuevo operativa y dejaron la vía de nuevo lista para la circulación de trenes.
El corte obligó a Renfe a modificar trayectos o a trasladar en autobús a los pasajeros.
El tren que circulaba esta mañana por un itinerario distinto al habitual es el Alvia Vigo-Barcelona. Hizo el primer tramo del viaje por Santiago, pero no a causa del corte entre Monforte y Ourense, sino por los problemas provocados también por caídas de árboles en algunos puntos de la vía entre Vigo y Ourense. Desde Ourense no continuará viaje por Monforte, sino por Zamora. Los pasajeros que tenían billete para subirse a este tren en estaciones como Monforte, San Clodio-Quiroga, A Rúa o O Barco tuvieron que hacer el viaje en autobús hasta la estación de León.
En el caso de los trenes de media distancia Ponferrada-Ourense y A Coruña-Ourense, Renfe llevó a los viajeros por carretera.
El corte en la vía férrea Monforte-Ourense lo anunciaba el ADIF a las ocho y media de la mañana. Portavoces de la empresa explicaban a esa hora que había caído un árbol sobre la catenaria, el sistema de cables que proporciona electricidad a los trenes, en un punto de la vía situado entre las estaciones de Canaval y Santo Estevo. Por esa zona, la vía avanza pasa por un terreno muy irregular lleno de pendientes y con vegetación espesa.
Desde primeras horas de la mañana se registraron además problemas en algunas carreteras de la Ribeira Sacra y el resto del sur de Lugo por la caída de árboles sobre la calzada. En la red principal, poco antes de las ocho de la mañana caía un árbol en el kilómetro 503 de la carretera N-120, en el tramo que pasa por Quintá do Lor (Quiroga). La circulación no llegó a interrumpirse, pero la Guardia Civil tuvo que regular el tráfico mientras los servicios de emergencias retiraban el árbol.
El viento sopla con fuerza en toda esta zona desde la madrugada. Las estaciones meteorológicas de MeteoGalicia de esta zona que registraron las ráfagas más fuertes fueron las de Folgoso do Courel, con 109 kilómetros por hora; el Alto da Conchada (Quiroga), con 107 kilómetros por hora; y San Xoán de Río, con 100. En el caso de Monforte, la estación situada en el casco urbano había marcado hasta las diez de la mañana marcó una máxima de 70 kilómetros por hora, y la que está en el monte Marroxo una de 82.
Una afectada en la estación de Ourense: «Lo peor es que no comunican nada»
El corte de la vía de tren entre Ourense y Monforte afectó a los viajeros que esperaban para tomar el tren que debería salir de la estación intermodal ourensana en dirección a Barcelona a las 9.25 horas. Los usuarios empezaron su viaje en autobús en torno a las once de la mañana y se preveía que el transporte por carretera seguiría al menos hasta León.
Precisamente a esa ciudad se dirigía Isabel Celestino, que justo antes de entrar en el bus lamentaba las molestias ocasionadas: «Te cambia toda la rutina del día. Lo peor es que no comunican nada. Si por lo menos nos dijeran cuánto tiempo va a ser, puedes prever, pero no dicen nada. Preguntas y te dicen que leas la pantalla para que te informes. Hay gente que va a trabajar, que pierde citas o entrevistas».
Los últimos en entrar al autobús fueron dos argentinos, Marcela Falcone y Nelson Iglesias. «Mientras que lleguemos no pasa nada», decía él, a lo que ella añadía: «El argentino es flexible, se amolda. Esto no es nada para nosotros».