HEMEROTECA Abrumador apoyo de las Cortes a la Constitución

Carlos Fernández A CORUÑA

LUGO

SUCEDIÓ EN 1978

31 oct 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

Con una estruendosa ovación acogieron las Cortes Generales, a finales de octubre de 1978, la aprobación de la Constitución. Sólo seis diputados (el nacionalista radical vasco Letamendía y cinco de Alianza Popular) y cinco senadores votaron en contra del texto. Mientras el portavoz de AP, Manuel Fraga, centró sus críticas en las nacionalidades, que «no son compatibles con la unidad de España», el líder socialista, Felipe González, decía:«Esta Constitución no es absolutamente identificable con nuestros propósitos, pero los socialistas la apoyamos sin reservas de ninguna clase». No menos feliz estaba el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, que no quiso pronunciarse acerca de si tras la aprobación de la carta magna iba a disolver las Cortes y convocar elecciones generales. Sólo quedaba la celebración del referéndum nacional, para el que todos los partidos, excepto algún minoritario radical, propugnarían el voto afirmativo. Terminaba, pues, un largo camino iniciado con la ley para la reforma política, que había costado, retomando la célebre frase de Winston Churchill durante la batalla de Inglaterra, sangre, sudor y lágrimas.