
Entrevista | José Luis Vélez Álvarez Con 33 años sustituyó al fallecido padre Pedro al frente de la orden. A corto plazo quiere hacer una hospedería externa y un museo de arte sacro
09 dic 2003 . Actualizado a las 06:00 h.Es monje desde hace 10 años y reside en Samos desde hace 13. Por circunstancias de la vida le correspondió hacer las veces de prior por el fallecimiento del padre Pedro. José Luis Vélez aceptó la responsabilidad y ahora está intentando dinamizar el monasterio en varios aspectos. Los primeros pasos serán crear una hospedería externa y un museo de arte sacro. «El monasterio no sólo son piedras, sino personas», dice. -Mucho. Tuve que asumir muchas responsabilidades en los aspectos humano, material y espiritual. Tengo que aclarar que soy un prior atípico nombrado para terminar el mandato del fallecido padre Pedro. -¿Cómo es un día normal en su trabajo? -Como cualquier miembro de la comunidad. Nos levantamos a las 6.30, a las 7 rezamos maitines, una hora de meditación en la celda, a las 8.30 laudes con misa, luego desayuno y a las 10 cada uno hace su trabajo. A la 1.30 rezamos la sexta, a las 2 comemos y después tenemos un recreo de 30 minutos. Descansamos hasta las 4, rezamos la nona y trabajamos hasta las 7.15, a las 7.30 las vísperas, una hora de lecio divina, a las 9 cenamos, disponemos de media hora de descanso, a las 10 el último rezo y a las 10.15 terminamos el día con las completas. -¿Notan la crisis de vocaciones o no tienen ese problema? -El monasterio no son las piedras, también hay personas, y necesitamos vocaciones que sigan nuestro espíritu. Queremos que nos conozcan y que la gente vea que somos normales y que seguir este camino permite tener una vida llena y enriquecedora. -¿A nivel material también tendrán necesidades? -Desde luego. Un edificio de muchos siglos precisa muchas cosas. Necesitamos que tanto la administración como los particulares, sobre todo fundaciones, nos ayuden a mantener este patrimonio tan valioso. -¿Qué planes tiene para el futuro inmediato? -La idea es dotar de vida a zonas del monasterio que no se usan y que hemos comprobado que se deterioran más que el resto. Ahora vamos a hacer una hospedería externa, sin ningún ánimo de competir con la de la zona sino todo lo contrario, y un museo de arte sacro en el que expondríamos las piezas del monasterio y trataríamos de hacer lo mismo con otras del arciprestazgo. También estamos preparando un plan para dar a conocer Samos en el Camino de Santiago. -¿El año que viene será especial con el Xacobeo? -Hay que ser realistas y pensar que el camino es algo espiritual, pero también material y permite vivir a muchos pueblos. O Cebreiro, Samos y Triacastela, por citar algunos, subsisten gracias al Camino. Hay que mentalizarse en que debemos de tratar muy bien al peregrino y no explotarlo. -¿Qué opina del celibato? -Es uno de nuestro votos puntales. No se trata de no tener amor, sino de no centrarse en una persona para centrarnos en todas. El celibato es mucho más que la parte sexual, que sólo es una pequeña porción. Nosotros sólo renunciamos a esa unión material y a formar un núcleo familiar.