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Más de 2.000 peregrinos pernoctaron este año en el albergue de Baamonde

José Miguel López VILALBA

LUGO

CHECHU RÍO

Dispone de 94 camas y 20 colchonetas, que serán pocas para la prevista avalancha estival Del 31 de julio al 2 de agosto se espera a miles de caminantes en el Camiño Norte

12 jun 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

El albergue de peregrinos de Baamonde acogió a un total de 2.038 personas -1.072 en mayo- que en lo que va de Xacobeo recorrieron el Camiño Norte. La mayoría son españoles. Entre los extranjeros destacó la presencia de alemanes, frente al 2003 en el que pernoctaron más brasileños, portugueses y americanos, según su responsable, Concepción Prado. Ella recuerda que en 1998, para no ser Año Santo, recibió a muchos peregrinos. Otro recuerdo es el de la visita de peregrinos de Torrejón pocos días después del atentado del 11 de marzo en Madrid. Este año aún no tuvo que enviar a peregrinos a otros lugares, pero cree que tendrá que hacerlo cuando lleguen las grandes peregrinaciones, como la que se espera para el 31 de julio y 1 y 2 de agosto, con un millar de personas cada día. Incluso, si el tiempo acompaña, volverá a repetirse alguna escena en la que algunos peregrinos decidieron quedarse a dormir fuera del albergue. A veces envió entre 50 y 70 personas a la casa parroquial de Miraz. Muchos caminantes deciden pernoctar en Baamonde, pues es el siguiente punto de descanso está a 43 kilómetros en Sobrado. Confía en que la Xunta cumpla su promesa de crear un albergue en la escuela de Cabana (Friol). La mayoría ya conocen a Concepción antes de llegar al albergue, pues en sus paradas anteriores les informan de su rectitud. Ella lo justifica en que si les deja a su aire acaban con el albergue. La nave en la que se hospedan los peregrinos fue, en un principio, estación de diligencias, aunque posteriormente se convirtió en almacén de productos del campo y restaurante. Este último negocio no fue muy fructífero. Tras funcionar como almacén de una peregrinación de julio de 1993, le sugirieron que luchase por convertirlo en albergue, algo que empezaría a hacerse realidad en 1994. «Foi un orgullo persoal sacar ésto adiante», señaló Concepción. Cuando pasó a ser propiedad del Xacobeo, empezó su restauración, que concluyó en 1999. «Aínda non se inaugurou oficialmente, e gustaríame que antes de irme viñese Fraga a facelo», dijo Prado. Este albergue se ha convertido en una oficina de información y turismo, con folletos de diversos parajes, incluso del extranjero, que su familia recogió en sus viajes. Dispone de 94 camas -6 para minusválidos- distribuidas en la nave y en una vivienda que de 350 años de antigüedad que fue horno. Y tiene 20 colchonetas de dos plazas cada una.