
El templo medieval ubicado cerca de Ferreira de Pantón posee una singular decoración con motivos animales Una leyenda dice que el lugar fue invadido en tiempos por las hormigas
21 ago 2004 . Actualizado a las 07:00 h.?n los alrededores de Ferreira de Pantón -a sólo dos kilómetros del centro de la villa- se encuentra un ejemplar único del románico gallego. La iglesia de San Miguel de Eiré, conocida popularmente como O Mosteiro, muestra una estructura singular -con una torre sobre el crucero- que la emparenta con el románico pirenaico. En su interior se conservan ciertos restos prerrománicos que indicen que fue levantada sobre un templo más antiguo. Formó parte de un convento de monjas benedictinas fundado a comienzos del siglo XII y hoy es uno de los monumentos más visitados de la zona. El elevado interés arquitectónico del edificio se combina con una profusa decoración escultórica que está repartida por los diferentes rincones del templo y constituye un notable ejemplo del uso simbólico de las figuras animales en el arte románico. Seres reales y familiares como el lobo o el cerdo conviven con bestias imaginarias y con representaciones híbridas, como la que muestran las figuras de los evangelistas Lucas y Marcos con cabezas humanas plantadas en cuerpos alados de toro y león, respectivamente. Los motivos vegetales y geométricos también tienen una gran importancia en la ornamentación de la iglesia. A poca distancia del templo está el llamado Penedo da Abadesa, escenario de una curiosa leyenda, relacionada también con animales y similar a otras que se conservan en diversos puntos del sur lucense y otros lugares: se dice que la abadesa del desaparecido convento de Eiré iba a orar a diario sobre esa roca y que murió allí a causa de las heridas y las infecciones provocadas por una invasión de hormigas voladoras. Ya en el ámbito de lo real y lo actual, cabe señalar que un enjambre de abejas suele anidar en la fachada sur de la iglesia. El templo, que presenta un buen estado de conservación pese a algunos defectos que padece en la techumbre, puede ser visitado en su interior solicitando las llaves en una vivienda vecina.