Los dueños de O Carrizo dejan el restaurante tras 5 generaciones

Benigno Lázare LUGO

LUGO

En directo | El final de una etapa La propietaria de la popular casa de Santaballa, que el viernes abrirá de nuevo con otros responsables, se jubiló después de haber pasado 65 años metida en la cocina

18 jul 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

El pasado día 10 Sofía Castelo Piñeiro se levantó muy temprano como todos los días, pero por primera vez no tuvo que meterse en la cocina toda la mañana y hacer comida para decenas de personas. Es la propietaria del restaurante O Carrizo, de Santaballa, en Vilalba, que ese mismo día echó el cierre poniendo fin a un larguísimo período en el que estuvo a cargo de una misma familia. De todas formas, el viernes próximo abrirá de nuevo, atendido por otra familia originaria del vecino municipio de Xermade. La Charca do Alligal, en la que se baña gente todo el año, situada a un kilómetro, y el Gordo de la Lotería de Navidad del año 1976 contribuyeron a darle gran popularidad a este establecimiento. Pero, sobre todo, la cocina de Sofía, de estilo casero, que era apreciada por clientes de la comarca y de zonas bastante alejadas que acudían con regularidad a comer a Santaballa. O Carrizo, que acabó adoptando ese nombre por el del lugar de ubicación, fue fundado por el bisabuelo de Sofía, con la que trabajaron hasta ahora su hijo Andrés y su nuera María. La propietaria, que cumplió 75 años, quedó huérfana de madre cuando tenía 6. Pese a ello la recuerda metida en la cocina preparando la comida con esmero y paciencia, método que ella adoptó solamente cuatro años después, porque a los diez empezó a trabajar en la cocina, con la ayuda de una empleada, lugar que ya no dejaría de frecuentar hasta el lunes de la pasada semana. A los 17 años perdió a su padre y se quedó al frente del negocio con uno de sus hermanos; cuando tenía 20 se casó y enviudó a los 55. Ahora, diez años más tarde de la edad habitual y después de haber sufrido tres infartos, su médico tuvo que presionarla para que se decidiese a dejar de trabajar. La Navidad de la lotería En las navidades de 1976, O Carrizo despachó la mayoría de las participaciones de lotería que había hecho el club de fútbol Santaballés. El número resultó premiado con el Gordo y desde esa parroquia se repartieron alrededor de mil millones de pesetas de la época. Los propietarios del restaurante también resultaron agraciados, pero Sofía afirma que el premio no fue suficiente para pagar la totalidad de la casa que compraron en Ares. En todo caso, la lotería no repercutió en el ritmo de trabajo de la familia, que algunas semanas servía hasta tres banquetes de bodas. Sin embargo, cuando quedó viuda tuvo una depresión grande y perdió diez kilos de peso que no recuperó. Fue entonces cuando decidió no hacer banquetes de bodas, salvo que fuesen de menos de 50 comensales. Con todo, hasta que decidió jubilarse servía habitualmente entre 80 y 100 comidas diarias. Con los años y la experiencia O Carrizo fue incorporando nuevos platos a su carta y actualizando otros, pero siempre con la premisa de mantenerse fiel a la cocina casera, elaborada despacio y con buena materia prima. Sofía Castelo no es mujer partidaria de cocinar para congelar y recalentar, ni siquiera de la olla exprés. Dice que siempre tuvieron suerte con los proveedores, que les suministraban buenas viandas, y reconoce que le tiene el punto cogido a los guisos, al estofado de lengua y a otras carnes, a los callos y a la merluza. Pero hacía casi cualquier comida que le encargasen. Manuel Fraga estuvo comiendo allí en numerosas ocasiones, entre otras personas conocidas, aunque de muchas desconoce el nombre.