
Reportaje | Una entidad histórica La presidenta de la legendaria institución chairega en La Habana participará en ?la celebración del centenario, que se desarrollará el próximo 11 de agosto
07 dic 2024 . Actualizado a las 13:47 h.La presidenta de la Liga Santaballesa en La Habana, Juanita Pérez, estará presente en el acto central de la conmemoración del centenario de esta institución, que se celebrará el próximo 11 de agosto. La actual dirigente de la entidad será la invitada estrella de la celebración. Pérez tiene una edad que ronda los ochenta años y, aunque ya no es descendiente de emigrantes santaballeses, al parecer alguno de sus ascendientes son originarios de Lanzós, limítrofe con Santaballa. La celebración congregará a unas 800 personas de la parroquia en una gran comida de confraternidad que se tendrá lugar a las 15.00 horas. Previamente, los invitados asistirán a una misa en recuerdo de los fundadores de la institución benéfica, algo más de medio centenar de emigrantes que procedían de la parroquia chairega a la que hace honor su nombre. Los actos concluirán con la actuación de un trío musical que pondrá aires caribeños a la conmemoración. También habrá juegos y otras actividades lúdicas pensadas para los más jóvenes. Panteón La actual Liga Santaballesa de Educación e Instrucción no desarrolla actividad alguna y su cometido se limita a gestionar el panteón del cementerio de La Habana, construido a comienzos de la década de los cuarenta y que sustituyó a otro anterior edificado veinte años antes. Asimismo,se limita a mantener vivo el recuerdo simbólico de una de las entidades más grandes de la emigración gallega. Según el historiador, Xosé Pombo, solamente quedan sus archivos y documentos, así como los de las instituciones que agrupaban a los emigrados de Samarugo y San Simón, siendo su única sede una pequeña habitación. En el periodo comprendido entre 1920 y 1940 fue una de las principales instituciones gallegas en el exterior, siendo una sociedad de protección mutua, que gestionaba ayudas económicas a los enfermos y a los que se encontraban desamparados ante cualquier situación. Pombo recuerda también que fue una entidad que destacó por un alto nivel de solidaridad, ya que muy pronto abrió sus puertas al resto de emigrantes chairegos y también gallegos. Su obra más destacada fue la escuela habanera de la parroquia de Santaballa, que gestionó directamente hasta hace poco más de medio siglo, época en que fue adquirida por un patronato. Durante más de veinte años, entre 1907 y 1928, la organización de los emigrantes se encargó directamente de abonar los salarios de los profesores que impartían clase en su centro académico, concretamente hasta que el estado se hizo cargo de los mismos.