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Carne que mira hacia La Meca

Lucía R. Insua

LUGO

Dos hermanos marroquíes poseen en A Milagrosa la única carnicería de la provincia que vende ternera y cordero sacrificados mediante el rito musulmán Halal

14 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Varias estanterías, en las que a modo de bazar se disponen especias variadas, sal de Marruecos, yembés de colores, teteras, cachimbas y otros artículos exóticos parecen dar la bienvenida a la primera carnicería islámica de Lugo, abierta en el año 2005 por Mohamed y Jamal Amir. Con una admirable visión de futuro, estos jóvenes hermanos marroquíes decidieron alquilar una antigua carnicería situada en la calle Doutor Yáñez Rebolo, junto a la praza da Milagrosa, un barrio en el que residen numerosas familias musulmanas. «El Corán nos prohíbe consumir cerdo y nos obliga a comer carne de animales sacrificados mediante el rito Halal, y éso es lo que ofrecemos», explica Mohamed.

Casi tres años después de la apertura, su establecimiento sigue siendo el único de la provincia de Lugo -«y el segundo de Galicia, porque únicamente existe otro en Arteixo», comentan- en el que la creciente comunidad musulmana tiene la posibilidad de adquirir a diario ternera halal, y en fechas especiales, cordero halal. Es el caso de la fiesta grande del cordero o del sacrificio (Aid el Adha), que se celebra setenta días después de que concluya el Ramadán.

El rito se ajusta a una antiquísima tradición según la cual, para que sea comestible, el animal debe ser degollado con un cuchillo. «En el momento del sacrificio, tiene que estar mirando en dirección a La Meca, mientras el matarife pronuncia las palabras en árabe: ''En nombre de Dios, Dios es grande''», aclara Mohamed. Las actuaciones se llevan a cabo en un matadero de la provincia, lugar en el que los jóvenes carniceros compran el ganado. «Siempre -resalta- es ternera gallega de la mejor calidad».

Babilla, aguja, tapa..., las piezas que se despachan en el negocio de los hermanos Amir son similares a las de las carnicerías tradicionales. Mohamed lo sabe bien ya que trabajó más de tres años en mataderos de Lugo y Cataluña. Pese a todo, y aunque la carne es similar a la que consume habitualmente cualquier lucense, confiesa que entre su nutrida clientela sólo hay ciudadanos islámicos. «De la gente que vive aquí, ni una [sonríe resignado]. Algunos curiosean desde fuera porque les llama la atención. [...] Como mucho, alguno entra para preguntar alguna cosa», afirma.

Titulado en Contabilidad

En Marruecos, Mohamed es titulado en Contabilidad. Por ese motivo, no dudó en idear un completo plan de empresa antes de abrir la carnicería. Desde los proveedores a los posibles clientes, pasando por las obligaciones fiscales y sanitarias, no olvidó ningún detalle. «Tenemos las inspecciones y todo está en regla», destaca. Esa visión emprendedora le hace estar valorando la posibilidad de promocionar el establecimiento en Internet a largo plazo. «Ahora mismo trabajo todos los días de la semana, sin sábados, ni domingos ni festivos. A veces vengo para vender carne a las doce de la noche, y quiero mejorar», concluye Mohamed.