En un festival de estas características suele haber dos elementos básicos: cerveza y entrega popular hacia los protagonistas momentáneos, alzados en el escenario. Ambos requisitos se daban por igual en el parking de Anxo Carro el pasado viernes por la noche, cuando comenzó el festival Muralla Rock e Motos. Rondando la medianoche, por ejemplo, una adolescente se abrazaba a una compañera, ambas con los brazos alzados y coreando el estribillo de la canción que sonaba en ese momento: El rock no debe morir . Como ellas, el resto del público: brazos en alto, botes y rítmicos movimientos de melena y cabeza. El aspecto de muchos de ellos (melena larga, cadenas, camisetas de Metálica, ACDC y otros grupos de rock), indicaba que eran seguidores acérrimos de este tipo de música mientras que otros, parecían aprovechar la ocasión para hacer algo diferente a lo habitual. Y entre todos ellos, llamaba la atención una mujer que, cerveza en mano, charlaba apoyada en la barra tranquilamente. Se trataba de Carmen Basadre , la concejala de Xuventude, que, después de las críticas de los días previos (cuando varios grupos se quejaron de la duración de los conciertos, de no poder probar los instrumentos y de actuar gratis), eludió la tormenta con su presencia y su apoyo implícito a los participantes: Poncho K , Santi Campillo & Electric Band , Mirage , Malasaña y Durango eran los invitados y también los grupos cabeza de cartel. Junto a ellos, los locales Arrhythmia , Keep Going , On Fucking Air , Few Days Later y Bronze .
Aunque había servicio de autobuses gratuito desde la plaza de Santo Domingo hasta la zona del festival, junto al restaurante Los Robles se habilitó una zona de acampada. Sobre las ocho de la tarde del viernes comenzaron a instalarse las primeras tiendas junto al río y, ayer a mediodía, rozaban la veintena. Aunque el hecho de establecer una zona de acampada en un festival a veces hace pensar en amontonamientos y cierta dejadez con respecto al entorno, ayer por la mañana la zona estaba limpia y sólo había reductos con alguna botella y litronas en la parte delantera de la Fábrica de la Luz. Los servicios de limpieza trabajaron durante todo el día para poner a punto los alrededores del escenario y, del resto, se encargaron los propios campistas. El número de roqueros con tienda de campaña y mochila al hombro fue aumentando según avanzaba la tarde, pero el grueso se esperaba para las ocho de la tarde, cuando estaba previsto el comienzo de los conciertos de la jornada de clausura del Muralla Rock e Motos.
Enfundados en sus trajes de cuero, los moteros citados en el Muralla Rock fueron los verdaderos inauguradores del evento. Llegaron antes que nadie y esperaron a que comenzara el espectáculo pacientemente, acodados en la barra. Ayer, en cambio, fue su día grande. Comenzaron una concentración internacional a las ocho y media desde el recinto ferial y condujeron hasta el centro, para concentrarse de nuevo en la en la plaza de la Soidade. De noche y ya de vuelta en el parking de Anxo Carro, Carmen Basadre les hermanó con el festival. Cartel del sábado, con despedida incluida. Mientras se cierra este texto, los focos ya deberían estar iluminando a los integrantes de los grupos Killers , Maldia , Estrella Negra y Sen Berce . Como invitados no lucenses: Saratoga , Stravaganzza , Beethoven R , Ñu y Talesien , cuyo guitarrista Josecho, dejó la banda después de diez años de carrera y más de 150 conciertos a sus espaldas.