El agua que abastece a la parroquia de Merille, en el municipio de Ourol, es potable y cumple los análisis periódicos que se le realizan.
Así se lo manifestó el alcalde al presidente de la asociación de vecinos de Merille, Ángel Sánchez López; no obstante, el agua en ocasiones sale turbia.
«Dije que el agua no era potable en términos coloquiales; yo no soy analista ni científico, sólo soy un usuario. El agua sale turbia y arrastra sedimentos, en mi casa no se bebe y sé que en otros domicilios tampoco. El alcalde me llamó y me explicó que se hacían análisis periódicos y que el agua sí era potable».
«Con respecto a las isletas en la nueva carretera, entiendo que si estuvieran debidamente señalizadas, con pintura que se viera y sin bloques de cemento, probablemente se evitarían percances como el que le costó la vida días atrás a un vecino de Ourol. No soy ningún técnico, pero sí soy usuario, naturalmente, a diario, y las isletas son un peligro porque de noche no se ven».