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Del omnipresente Santiago a la paella más grande del mundo

La Voz

LUGO

23 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

En sus dos instalaciones del centro de la ciudad y de las afueras, la Hermandad Gallega de Caracas reúne una colección de lo más iconoclasta. En el vestíbulo del área de dirección están expuestos los retratos de todos los presidentes y el de un prócer de la entidad. Ya en el interior se pueden ver dos cuadros de Granell; junto al salón de actos hay dos reproducciones de gallegas a tamaño real, y en la zona del centro comercial una vitrina de más de diez metros guarda centenares de trofeos.

En las instalaciones campestres hay una gran explanada que durante la fiesta de Santiago se abarrota de público y el cruceiro central marca el punto de retorno de una procesión que sale de la amplia capilla construida en la parte más alta del recinto. El templo guarda cerca de una veintena de imágenes de santos, que el 25 de julio son sacados juntos en procesión para satisfacción de los oriundos de cualquier lugar de Galicia. Uno de los laterales de la explanada lo cierra la ladera de la colina de la capilla, parte de la cual está ocupada por un gran mural con la bandera de Galicia. Sin embargo, lo más chocante es, en otro punto destacado de la explanada, un monumento a la paella que, según reza un letrero en la base, es el mayor del mundo. Fue hecho por dos personas que se llamaban Santiago y Vicente, nombres endémicos aquí y en Valencia.