La porno artista desapareció de Lugo tras estar encarcelada por prostitución. Varias personas la sitúan actualmente en la provincia de Granada donde nació
28 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Hace unos quince años, Francisca Soto García, con el nombre artístico o de guerra de Pandora, era la reina de la noche luguesa. Por sus dos burdeles, el Atlantis y el Galileo, pasaron centenares de lucenses hasta que un día entró a saco la policía y descubrió que eran nidos donde numerosas chicas menores eran obligadas a prostituirse. La pornoartista, como así le gustaba que la definieran, acabó (hace ahora diez años) en el banquillo y condenada por prostitución. Fue encarcelada en Pereiro de Aguiar, acabó de cumplir condena hace cinco o seis años y, desde entonces, nunca más de ella se supo.
Pandora, que de jovencita quiso ser monja y que luego acabó de polémica cabaretera, fue defendida por el abogado lucense José Manuel Novo. Hace un par de días el letrado, que actuó de oficio, dijo que las últimas noticias que tuvo de ella fueron unas cartas que le envió hace varios años desde la cárcel, informándole de sus proyectos. Sospecha que se volvió a Andalucía.
Otras personas que tuvieron relación con ella explicaron que, tras abandonar la cárcel, se fue a Huétor Tájar, un municipio del poniente granadino del que es natural y que tuvo que abandonar en sus años mozos tras los escándalos que provocaban sus actuaciones musicales que, por lo general, acababa en cueros. Se sabe que Francisca, que actualmente roza los 70, sigue viva porque a Lugo le siguen llegando, de vez en cuando, multas de tráfico. Además los boletines oficiales de Andalucía le notifican sanciones y embargos.
Pandora se dio a conocer en Lugo en una sala de O Corgo. Para ver los números nocturnos que montaba en el escenario con su perro Yuma, «fiel y noble», había colas. La pornoartista vivió épocas doradas en la ciudad. Aparentemente manejó mucho dinero porque no tuvo dificultades en desembolsar 20 millones por el Atlantis, de la calle Centolo y 10, por el Galileo, de la Sierra de Ancares. Hoy, el primero es una academia de música y el segundo un bar. Aseguran algunas personas, que en su momento le siguieron la pista, que no llegó a deshacerse de todas sus propiedades en Lugo y que le queda todavía parte de un local en el que sigue recibiendo correspondencia, especialmente multas.
En su momento, el Atlantis fue subastado para que Yuma, una de sus ex empleadas que la denunció varias veces, pudiera cobrar lo que le debía.
Diva y «friqui»
Recuerdo cuando Pandora, diva y «friqui» a la vez, se presentaba en la redacción del periódico con un vestido semitransparente para contarme todo tipo de historias, muchas de ellas disparatadas como la de que había curado el Sida a varias personas. Un día de cierta fogosidad se desabrochó la blusa y exhibió uno de sus pechos; otro, repartió calendarios de bolsillo mostrando sus protuberancias en As Catedrais.