Una decena de personas de Lugo con discapacidad intelectual o enfermedad mental tienen preparación o interés en formarse para opositar a distintas categorías laborales de la Xunta en próximas convocatorias de ofertas de empleo público. Para ello, colectivos como Síndrome de Down o la Federación de Asociacións de Familiares e Enfermos Mentais de Galicia (Feafes) reclaman una reserva real de plazas específicas en función de las discapacidades para compensar las desigualdades que hay entre una discapacidad física, una intelectual o ninguna.
Como explicó ayer la orientadora laboral de Feafes, Nuria Fernández, la posibilidad de trabajar en la Administración pública es real desde hace tiempo, aunque la falta de cupos en función de las características de cada una de las personas que acredita una discapacidad, dificulta que las personas con esquizofrenias o trastornos bipolares, por ejemplo, consigan una de las plazas. «Es evidente que no tiene nada que ver la situación de una persona que, aun con problemas de movilidad, tiene plenas facultades mentales que alguien que no está en esa situación» dijo.
En el caso de Feafes, hay seis usuarios que preparan oposiciones. Cinco quieren ser celadores del Sergas, y otro, conductor de la Xunta. En Síndrome de Down, según explicó la directora, Delfina Pérez, de momento no hay nadie preparando oposiciones, pero aseguró que hay dos o tres usuarios que podrían desempeñar determinados puestos en la Administración sin problema.
En otros colectivos como Fademga, Cogami o Aspnais afirmaron no tener constancia de que haya usuarios preparando una oposición.
En el Concello
El Concello de Lugo decidió hace unas semanas sumarse a las capitales de provincia que ya han comenzado a catalogar sus puestos de trabajo para ver cuáles se pueden ajustar a la situación de personas con discapacidad o enfermedad mental. De momento, la posibilidad de hacer esta clase de contratos es solo un propósito sin plazo de ejecución, pero es imprescindible para que pueda llegar a convertirse en realidad.
En el caso de un enfermo mental, siempre que siga un tratamiento, puede desempeñar cualquier función, aunque es probable que sus propias limitaciones a la hora de concentrarse en el estudio, o en ocasiones, de comprender lo que lee, impidiera preparar una prueba del grupo A, por ejemplo.
Las personas con Síndrome de Down también pueden ocupar distintas plazas, aunque en la mayor parte de las administraciones de España se les ha hecho contratos como ujieres, celadores, u ordenanzas.