La única carnicería islámica de la capital tiene que abastecerse en Zamora de carne de vacuno apta para los musulmanes, ya que ningún matadero gallego practica el rito
19 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Casi todos nacieron al otro lado del Estrecho, en países del Magreb. El libro sagrado de su religión, el Corán, les impide beber alcohol y comer cerdo. Pero les obliga a consumir carne -especialmente de ternera, cordero y ave- sacrificada mediante el rito halal , que dispone que el animal debe ser degollado en dirección a La Meca y sin aturdimiento previo. La mayoría llegaron a Lugo con esas costumbres. Son sus tradiciones. Sin embargo, aquí no hay halal . Ningún matadero gallego tiene en marcha este tipo de sacrificio y eso crea grandes dificultades de abastecimiento para la comunidad musulmana asentada en la provincia, como explica Hassan Derrar, propietario de Tiaret, la única carnicería islámica que existe en la capital amurallada -la primera cerró hace tiempo-.
Su pequeño negocio, situado en la calle Portugal, cerca de la Fonte dos Ranchos, abrió al público hace ahora un año. En el reluciente mostrador abundaban el pollo y el pavo. «Coren tiene un matadero de aves con autorización del Instituto Halal de Córdoba», precisó entonces Derrar a La Voz. Sin embargo, conseguir ternera y cordero ya era difícil. La traía de León o Madrid, donde sí existen industrias cárnicas con sacrificio halal .
Doce meses después, la situación no ha cambiado. «Seguimos igual, aguantando como podemos», comentó anteayer el emprendedor. El pollo y el pavo no faltan, pero en la carnicería la ternera escasea y el cordero brilla casi siempre por su ausencia. «Una vez a la semana me traen ternera desde el matadero de Zamora», explica el joven. «Me la trae un chico que tiene una carnicería en Tui, en Pontevedra. Cuando va trae para los dos y yo pago el transporte». «Lo que ganamos, lo gastamos en el transporte», lamenta Derrar.
No en vano, al elevado precio hay que sumar la poca disponibilidad. En ocasiones, cuando la gente va a preguntar, la ternera ya se ha agotado, o todavía no ha llegado.
Con este panorama, tratar de salir adelante supone una lucha continua, diaria. Los clientes no le fallan, especialmente entre la comunidad islámica, que valora sobremanera «la limpieza y la profesionalidad» con que el joven atiende su negocio, como resaltaron tiempo atrás varios miembros de la asociación Integración, que agrupa a más de un centenar de inmigrantes marroquíes asentado en Lugo. «Los musulmanes tenemos derecho a comer carne como cualquier otra persona».
Explica que todas las carnicerías de este tipo de Galicia están en la misma situación. «El mismo problema lo tienen en la carnicería de Foz, en la de A Coruña, en la de Arteixo... No tienen dónde comprar halal . Necesitamos carne», señaló.
En el ayuno del Ramadán
A mediados de agosto comenzará el Ramadán. Durante treinta días, los mahometanos guardarán un riguroso ayuno que les obligará a no probar bocado y a no ingerir ningún líquido entre la salida del sol y el ocaso. «Se come de noche y hay que alimentarse bien para aguantar durante el día. Y para eso es necesaria la ternera», finalizó el carnicero.