La fiesta del aceite cumple diez años con abarrote en Quiroga

LUGO

08 mar 2010 . Actualizado a las 10:34 h.

La mostra do Aceite de Quiroga alcanzó este año su edición número diez, un número redondo acompañado por una cosecha especialmente abundante. La afluencia de público también estuvo a la altura. La aldea de Bendilló, situada en la zona del municipio ribereña con el Sil, estuvo abarrotada durante buena parte del día.

Al certamen acudieron este año cinco productores de aceite. Las previsiones de los organizadores calculan que este año saldrán al mercado alrededor de 12.000 litros de aceite hecho en Quiroga. Es el triple de lo que venía siendo habitual en los últimos tiempos. Este incremento no se debe solo a que que las condiciones climatológicas hayan ayudado a engordar la cosecha. Es más bien una consecuencia de la plantación masiva de olivos llevada a cabo en la última década. A principios de año, el alcalde, Julio Álvarez, calculaba que aproximadamente el 70% de los olivos existentes actualmente en esta zona son nuevos y advertía que la producción seguirá creciendo.

En cualquier caso, los cinco productores vendieron a muy buen ritmo su aceite ayer en Bendilló, sobre todo a partir de las doce del mediodía. Poco antes de esa hora empezó a trabajar en el pueblo el último molino artesanal que queda en la comarca. Decenas de personas se agolpaban en la entrada del molino para presenciar el espectáculo de la rueda movida por un burro, explicado al detalle por uno de los productores de la zona. La gente fue entrando por grupos durante toda la mañana, a medida que en la parte baja del pueblo crecía la actividad en torno a los cinco puestos de venta de aceite y los siete en los que se ofrecían otros productos típicos de la comarca, como vino, licores, miel o castañas (secas y en almíbar).

A última hora de la mañana, la aglomeración era tal que los coches aparcados en las dos entradas a Bendilló obligaban a los automovilistas que querían salir a la N-120 a hacer un recorrido de varios kilómetros hasta llegar a Montefurado.

Muchos de los visitantes que se acercaron ayer por la mañana a Bendilló optaron por quedarse a comer una ración de pulpo en la carpa montada al lado de los puesto de productos típicos. La sobremesa estuvo amenizada por diferentes grupos musicales.