Santo Estevo se vacía a un ritmo de siete hectómetros cúbicos al día

LUGO

23 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Las consecuencias del vaciado de Santo Estevo ya son perfectamente visibles en diferentes tramos del río Sil. Iberdrola abrió el lunes las compuertas de la presa, cuando embalsaba 207 hectómetros cúbicos, el 97% de los 213 que puede acumular.

Pues bien, en solo cuatro días el nivel del agua ha retrocedido de una manera que se hace especialmente evidente en la cola del embalse, donde a la altura del puente de la N-120 en Augas Mestas el río da la impresión de ir casi sin agua. En estos cuatro días, las compuertas de Santo Estevo han soltado treinta hectómetros cúbicos, más de lo que puede acumular por ejemplo el embalse de Vilasouto, que regula el uso del regadío Val de Lemos y tiene 21 hectómetros de capacidad.

A primera hora de la tarde de ayer, el embalse de Santo Estevo tenía 177 hectómetros cúbicos, el 83% de su capacidad total. El ritmo del vaciado no es completamente regular. Ayer alcanzó un pico máximo de 3,7 hectómetros cúbicos desembalsados entre las cinco de la mañana y la una de la tarde.

Cuando termine el proceso de vaciado, el nivel del agua en la presa habrá bajado 31 metros con respecto a su cota máxima. Esa es al menos la previsión avanzada en su momento por los portavoces de Iberdrola, que necesita reducir drásticamente el volumen de agua embalsada en este tramo del Sil para poder llevar a cabo las obras que le faltan para construir una nueva central hidroeléctrica que aprovechará la infraestructura de la actual presa.

A principios de año, los responsables de Iberdrola tenían previsto abrir las compuertas de Santo Estevo en cuanto pasase la Semana Santa. Las intensas lluvias que cayeron en la zona durante las semanas previas les obligaron a aplazarlo hasta principios de esta semana, cuando el río llevaba ya menos caudal.

Traslado de catamarán

La Diputación de Lugo completó esta semana el traslado de las últimas embarcaciones que le quedaban en el pantalán de Doade (Sober), en el embalse de Santo Estevo. El Mencía y el Pelegrín fueron trasladados esta semana río arriba hasta el club náutico de Augas Mestas.

Ayer, el Pelegrín fue izado del agua y subido en un camión que lo llevó por carretera hasta Portomarín. Este catamarán y su gemelo del mismo nombre fueron los que inauguraron las rutas de los embalses a principios de los noventa. Su primera ruta fue precisamente la del embalse de Belesar. Más de tres lustros después vuelven al Miño en la reapertura de este itinerario, años después de su cierre por falta de demanda.